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Estudiantes chilenos ignoran duelo por Aylwin y realizan masiva manifestación

Estudiantes chilenos ignoran duelo por Aylwin y realizan masiva manifestación

Miles de estudiantes ignoraron hoy el duelo nacional decretado en Chile por la muerte del expresidente Patricio Aylwin y se manifestaron en las calles de Santiago para mostrar su desacuerdo con la reforma educativa del Gobierno de Michelle Bachelet.

Según la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones universitarias y organizó la movilización junto a las agrupaciones de alumnos de secundaria, la manifestación de Santiago congregó a más de 120.000 personas.

Las autoridades habían pedido a los estudiantes aplazar la marcha para respetar al duelo oficial que vive el país por el fallecimiento de Aylwin, el presidente que lideró la transición democrática después de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que murió el martes pasado a los 97 años de edad.

Las agrupaciones estudiantiles, sin embargo, decidieron mantener la jornada de movilización y la gran columna de manifestantes se desplazó por el centro de Santiago, cerca de la sede del Congreso, donde eran velados los restos de Aylwin, que luego fueron trasladados a la Catedral Metropolitana.

«El dolor de la familia lo respetamos, pero también estamos por el respeto de nuestros compañeros que están endeudados, a los que les están embargando sus casas. Es una movilización que se agendó hace más de tres semanas y decidimos hacerla», dijo Camila Rojas, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).

La marcha, que también se produjo en otras ciudades de Chile, transcurrió de manera pacífica, aunque grupos aislados de encapuchados se descolgaron de la columna principal para lanzar piedras y otros objetos a la Policía.

Las unidades antidisturbios de Carabineros utilizaron gases lacrimógenos y camiones con cañones de agua para repeler los ataques y realizaron algunas detenciones.

Los estudiantes universitarios convocaron la primera gran manifestación del año para mostrar su rechazo a la reforma que impulsa el Gobierno para transformar el modelo educativo vigente en Chile desde la dictadura de Pinochet.

Para Camila Rojas, de la FECH, la reforma no ofrece soluciones a su reclamación histórica de una educación pública, gratuita y de calidad, sino que supone una continuidad del modelo anterior.

«No hay reconstrucción de la educación pública ni un marco regulatorio para las instituciones privadas. No hay nada, lo que se hace es profundizar el modelo y lo que queremos es poner en el tapete los temas por los que hemos luchado», dijo a Efe.

Uno de los principales caballos de batalla del Gobierno es la gratuidad en la educación superior, que en un principio debía beneficiar al 70 % de los estudiantes más pobres.

La desaceleración económica, sin embargo, llevó al Ejecutivo a reducir el cupo de los beneficiados, que según cifras oficiales bordeará los 120.000, aunque el proceso de aplicación de la gratuidad ha sido confuso y enrevesado.

Rojas aseguró que el número de universitarios que este año estudiarán gratis es aún menor, y calculó que el proyecto cubrirá solamente al 13,9 % de la matrícula total.

«Dijimos educación pública, gratuita y de calidad. De gratuita hay un poco, de calidad y pública no hay nada», sentenció la dirigente de la FECH, quien recordó que hay 700.000 estudiantes endeudados con créditos avalados por el Estado para poder financiar sus estudios.

La educación universitaria fue gratuita en Chile hasta 1981, cuando la dictadura de Augusto Pinochet simplificó los requisitos para la creación de universidades privadas, que se multiplicaron hasta superar las 40, que en un sistema de mercado tenían libertad para fijar el valor de sus matrículas.

Los alumnos de secundaria, por su parte, exigen que la educación básica sea administrada por el Estado y no por los municipios, como sucede actualmente, y anunciaron una radicalización de las protestas ante la falta de respuestas de las autoridades.

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