Un vídeo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump en misa saludando a los religiosos de la Catedral de Washington sirve para hacer propaganda tanto a defensores como a críticos del nuevo presidente. ¿Quién niega el saludo a quién? ¿Es Trump el que esquiva al sacerdote o es el sacerdote el que se niega a saludar?.
Ocurrió el pasado domingo. Mientras miles de mujeres se manifestaban por todo Estados Unidos en su contra, Donald Trump asistía a los oficios en el corazón de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, la Catedral Nacional de Washington.
Al terminar los la ceremonia los religiosos participantes desfilaron por el pasillo del presidente para ofrecer sus respetos. Todos los pastores ofrecieron su mano a Donald Trump. Todos menos el penúltimo, un hombre de color que portaba un báculo pastoral en su hombro derecho y que no levanta su mano para saludar.
El vídeo lleva 24 horas circulando por redes sociales [18.000 retweets el vídeo original]. Lo curioso es que tanto partidarios como detractores lo utilizan para hacer su propaganda. Para unos es, lógicamente, el racista Trump el que no quiere saludar al pastor negro involuntariamente y fruto de sus convicciones xenófobas. Un material muy goloso para cortar, resumir, y compartir en redes sociales.
Para otros, sin embargo, es el pastor negro el que deliberadamente evita saludar al presidente colocándose el báculo en su hombro derecho y así mantener sus manos ocupadas. Una oportunidad perdida para lograr un acercamiento y apaciguar los ánimos en este principio de mandato entre ambas comunidades.
