Los miembros del Partido Demócrata de EE.UU. aspiran a reformar su partido tras la derrota de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre.
“Veo un rayo de esperanza en eso. Es bueno para nosotros liberarnos de este control“, aseguró un exfuncionario de la Administración de Bill Clinton citado por medios locales. “Vamos a hacer borrón y cuenta nueva”, ha agregado.
Aunque la mayoría de los demócratas se han abstenido de criticar a Clinton después de su derrota, algunos políticos han apuntado que habría sido mejor celebrar unas primarias más tensas para conseguir una selección más amplia de candidatos adecuados a las tendencias populistas.
El comportamiento de Hillary Clinton durante la carrera electoral, desplazándose en aviones privados y limusinas, la mostró como una política que había vivido en una burbuja durante años, afirman medios locales.
Tras la derrota de Clinton en las pasadas elecciones, un exmiembro del equipo de campaña acotó “¿Por qué no votaron? Porque no estaban entusiasmados. La gente más emocionada con ella era de la camarilla de Clinton que estaban planeando trabajar como embajadores en París o en su Administración”.
Algunos políticos acusaron a James Comey, el director del FBI, por haber reiniciado una investigación contra la candidata a unos días de las elecciones. “Los que acusan a Comey se engañan a sí mismos”, reprocha Matt Bennett, cofundador del grupo demócrata de expertos Third Way. El culpable “no fue Comey. Fue la ira hacia el Gobierno y la ira hacia el partido gobernante representado por Clinton“.
Los demócratas ya están buscando a nuevos líderes para su partido. El exjefe del Comité Nacional Demócrata, el órgano ejecutivo del partido, Howard Dean, ya ha presentado su candidatura para su antiguo cargo. Por su parte, uno de los precandidatos a la Casa Blanca, Bernie Sanders, ha propuesto la candidatura de Keith Ellison, el representante por Minnessota en la Cámara Baja del Congreso de EE.UU.
