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Matthew se ve rebajado a ciclón postropical

Matthew se ve rebajado a ciclón postropical
Matthew se ve rebajado a ciclón postropical

El huracán Matthew fue rebajado el domingo por la mañana a la categoría de ciclón postropical, aunque aún planteaba peligro y descargó más de 30 centímetros (un pie) de lluvia en North Carolina, en un chaparrón que inundó viviendas y negocios hasta 160 kilómetros (100 millas) tierra adentro.

Se registraron al menos 10 muertes en Estados Unidos y cientos más en Haití achacadas a la tormenta, que pasará a la historia como uno de los huracanes más poderosos jamás registrados. Conforme Matthew se alejaba despacio de la costa este estadounidense, docenas de personas —incluida una mujer con un niño pequeño— tuvieron que ser rescatados de sus autos cuando peligrosas inundaciones repentinas sorprendieron a muchos en North Carolina.

Al caer la noche, las autoridades advirtieron a la gente que se mantuviera alejada de las carreteras hasta que hubiera pasado la tormenta, y probablemente no se determinaría el alcance de los daños hasta el amanecer. Las cifras no oficiales de precipitaciones ya eran abrumadoras: 45 cm (18 pulgadas) de agua en Wilmington, 35 cm (14 pulgadas) en Fayetteville y 20 cm (8 pulgadas) en Raleigh.

En su informe de las 5 de la madrugada ET, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos en Miami situó el centro de la tormenta unos 48 km (30 millas) al sur suroeste de cabo Hatteras, North Carolina, con unos vientos sostenidos de unos 120 kph (75 millas por hora).

«Esta es una tormenta muy, muy grave y mortal», dijo el gobernador, Pat McCrory.

Pero en muchos puntos de la costa sureste, los daños se limitaron a calles inundadas, carteles y toldos arrastrados por el viento, árboles derribados y apagones.

Mientras la tormenta pasaba y comenzaba a escampar, mucha gente se puso a limpiar, reabrir sus negocios o ir a la playa. La electricidad comenzaba a regresar. Y los tres parques temáticos más grandes en Orlando, Florida, incluyendo Walt Disney World, estaban en funcionamiento.

En la playa de Daytona, el viento arrancó el brillante metal de los laterales y la fachada del conocido Silver Diner, dejando sólo una estructura de madera. Al lado, el escaparate frontal de una tienda de recuerdos había sido arrasado y el tejado estaban destrozados, con trozos de material aislante rosa colgando.

David Beasley, presidente de Insurance Recovery Inc., evaluó los daños y determinó que aunque tuviera mal aspecto, la zona sufrió más daños por los huracanes Charley y Frances en 2004.

«Esto no es mucho comparado con esos dos. Cuando vinieron Charley y Frances, muchas de las estructuras comerciales tenían daños. Hay algo de daños comerciales, pero la mayoría de los daños en la mayoría de ellas es menor», explicó.

El sábado, Matthew bañó indirectamente dos de las ciudad más antiguas e históricas de región sur – Savannah, en Georgia, y Charleston, en South Carolina – y también llevó lluvias torrenciales y vientos fuertes a lugares como Myrtle Beach, South Carolina, y Wilmington, North Carolina.

De allí, se esperaba que girara hacia mar adentro, perdiera fuerza y volteara de regreso hacia las Bahamas y Florida, ya muy débil como para causar daño alguno.

Durante casi todo su recorrido al lado de la costa de Florida, Matthew pasó lo suficientemente lejos de la costa como para que las comunidades no sintieran el rigor de sus vientos.

El centro de la tormenta finalmente tocó tierra el sábado en el norte de Charleston, pero solo brevemente. Y en ese momento era apenas un huracán, con vientos de solo 120 kph (75 mph).

El sábado, una hora después de que las autoridades permitieron el regreso a las viviendas en Jacksonville Beach, Florida, David Villmow había comenzado a calentar dos hornos de pizza en su restaurante situado enfrente de la playa, The Art of Pizza. Esperaba comenzar a servir dentro de unas horas.

«Tuvimos mucha suerte», dijo. «Podríamos estar hablando de cosas mucho peores. Todo lo que ves son letreros caídos, cercos volteados, unas cuantas gasolineras sin carteles».

El potencial mortal de Matthew fue muy claro en Haití, donde el huracán pasó por tierra el martes, con vientos devastadores de 233 kph (233 mph). Se reportaron al menos 470 muertos en tan solo en un distrito azotado. Otra zona devastada seguía inaccesible cuatro días después del paso del huracán.

Mientras Matthew se acercaba a Estados Unidos, se ordenó la evacuación de unas dos millones de personas en el sureste. Al pasar cerca de la costa, la tormenta prácticamente siguió el recorrido que los meteorólogos habían pronosticado. Una diferencia de unos 32 a 48 kilómetros (20 a 30 millas) podría haber resultado en una amplia devastación.

«La gente realmente tuvo mucha suerte», dijo Phil Klotzbach, profesor de meteorología de la Universidad Estatal de Colorado. «Pasó muy cerca».

Si bien los vientos de Matthew habían bajado considerablemente para cuando tocó tierra en la costa del sureste, la tormenta pasará a la historia como uno de los huracanes más potentes que se hayan registrado, en base a factores como fuerza de vientos y duración.

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