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Lo que piensa Alan Gross de la muerte de Castro

Lo que piensa Alan Gross de la muerte de Castro
Lo que piensa Alan Gross de la muerte de Castro

Alan Gross, el subcontratista estadounidense que pasó cinco años preso en Cuba, dice que espera que la muerte de Fidel Castro alivie parte de la ira y el temor sobre Cuba, de manera que se pueda avanzar hacia una mejores relaciones entre Estados Unidos y la isla y el levantamiento del embargo norteamericano.

Gross está en mejor posición que muchos para comentar sobre la muerte de Castro. Este hombre de 67 años estaba trabajando como subcontratista del gobierno federal para ayudar a los cubanos a tener acceso a internet cuando fue arrestado en el 2009 y acusado de tratar de socavar al gobierno comunista. Fue sentenciado a 15 años de prisión y finalmente lo liberaron en el 2014 en un canje de prisioneros que lanzó la renovación de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

Gross no conoció a Fidel Castro durante sus cinco años de cautiverio, pero dijo que la presencia del líder revolucionario se hacía sentir. Gross fue sometido a interrogatorios diarios en que sus captores alababan la revolución y condenaban a Estados Unidos.

Pero esas fueron las únicas palabras positivas que escuchó sobre Fidel durante el tiempo que estuvo en la isla. Gross calificó a Fidel Castro de “brutal hijo de puta”, “megalómano” y un “hombre increíblemente brillante”.

 “La gente tiene mucha furia, mucha”, dijo Gross. “No sólo en el sur de la Florida, sino también en Cuba. La furia es como un ancla que no nos deja movernos. Si nos soltamos un poco, podemos comenzar a avanzar”.

Gross no está convencido de que la muerte de Fidel Castro signifique mucho cambio en la isla, porque su hermano Raúl tiene el poder desde hace una década. Gross ve una mayor oportunidad cuando Raúl abandone el poder en el 2018, como ha dicho que hará, y ningún Castro sea jefe de Estado.

Gross todavía siente furia hacia el régimen de Castro, pero también está molesto con los que no ven la necesidad de relaciones más fuertes con la isla, algo que él defiende.

Algunas personas me han dicho que me meta debajo de una piedra y me muera por estar a favor de una mejora en las relaciones. Otros han dicho que sufro del síndrome de Estocolmo, algo que los reto a que me digan en la cara”, dijo. “Yo no soy admirador del gobierno de Cuba. Si me hubieran presentado a Fidel Castro o a Raúl Castro, no habría terminado bien”.

Pero se mostró especialmente furioso con Marco Rubio, senado republicano por la Florida, por sus críticas el sábado a la declaración del presidente Barack Obama sobre el fallecimiento de Castro. Rubio dijo que la declaración fue “patética” por no mencionar a los miles de personas que Castro mató y encarceló.

Gross defendió el mensaje de Obama, que calificó de debidamente “mesurado”, y criticó a Rubio.

Rubio se desacredita”, dijo Gross, quien perdió 100 libras de peso y varios dientes mientras estuvo preso. “Él no tuvo la experiencia cubana que dice. No ha sacrificado nada debido a Fidel Castro, tampoco su familia. Yo sí. Yo tuve esa experiencia y ni siquiera soy cubano. Así que puedo hablar con alguna credibilidad”.

El domingo no fue posible contactar a Rubio, pero el senador declaró al programa “Face the Nation”, de la CBS, que busca una apertura democrática en la isla. “Cosas como, no sé, una prensa libre. Que dejen de encarcelar a la gente porque no disienten políticamente. Que dejen de ayudar a países como Corea del Norte a burlar las sanciones de la ONU. Que no inviten a los rusos a abrir una base militar a 90 millas de nuestras costas”.

En el momento de la liberación de Gross, Rubio había advertido que el canje de prisioneros que hizo posible su salida de prisión —Estados Unidos también liberó a tres oficiales de inteligencia cubanos condenados por espionaje— era un precedente peligroso. Rubio declaró a Fox News que el canje “coloca un precio sobre todos los estadounidenses en el extranjero. Los gobiernos [de otros países] saben ahora que si toman a un norteamericano de rehén, pueden conseguir concesiones significativas de Estados Unidos”.

Desde su liberación hace casi dos años, Gross se ha dedicado a restablecer los lazos con su familia y amigos. Está escribiendo una novela gráfica y acaba de comprarse su primera motocicleta. “Me siento realmente libre cuando estoy en mi motocicleta”, dijo Gross.

Hace unos meses, Gross pidió al Congreso “que se pusiera los pantalones” y levantara el embargo. También ha pedido a Cuba que se incorpore al siglo XXI y que es hora de que el pueblo cubano “se sincere con su gobierno”.

Gross no sabe qué sucederá con su futuro profesional, y no sabía si quería regresar a su antiguo empleo de asesor. Pero dijo que ahora piensa que está listo y planea regresar al trabajo el año próximo. Espera regresar a Cuba un día. Ha tratado de contactar a la embajada cubana un par de veces.

Sólo para sentarnos y hablar”, dijo. “Mo quiero enfocarme en los últimos cinco años. Quiero enfocarme en los próximos cinco años. Pero no he tenido respuesta de ellos”.

Cuando se le preguntó si se había fumado un puro para celebrar la muerte de Fidel Castro, dijo que no, y que probablemente tampoco lo haga.

Quiero disfrutar de mis tabacos y no quiero pensar en él cada vez que me fume uno”, dijo.

Tomado de El Nuevo Herald

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