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Gobierno de Trump podría ser más hostil a tribus de EEUU

Cientos de festejaron cuando el gobierno del presidente Barack Obama cedió y no permitió una construcción del oleoducto Dakota Access. Pero esa celebración fue empañada por la incertidumbre de lo que ocurrirá después: un gobierno de Donald Trump que podría ser mucho menos atento a asuntos que afectan a indígenas estadounidenses.

«Con Trump como presidente, uno no puede celebrar«, dijo Laundi Germaine Keepseagle, de 28 años, de la Reservación Standing Rock Sioux, donde los manifestantes han acampado cerca de la frontera entre Dakota del Sur y Dakota del Norte.

La ansiedad por el oleoducto de 1.200 millas (casi 2.000 kilómetros) ilustra la incertidumbre sobre cómo les irá a las tribus bajo Trump luego de lo que muchos en el mundo indígena consideran ocho años emblemáticos.

El presidente Obama ha ganado elogios entre indígenas estadounidenses por terminar con una paralización de asuntos indígenas y por dejarles expresar sus preocupaciones en reuniones anuales con líderes tribales.

Bajo su gobierno, legisladores concretaron una ley de salud para indígenas que incluye cuidado preventivo y recursos psicológicos y también habla sobre reclutar y retener médicos en las zonas indígenas.

El Departamento del Interior restauró zonas tribales al dejar más de 500.000 acres bajo el control de las tribus, mucho más que cualquier otro gobierno reciente, mientras el Departamento de Justicia elaboraba un proceso aprobado por el Congreso para que las tribus puedan enjuiciar casos internos de violencia contra mujeres. Antes de Obama, un resquicio en la ley permitía que tales delitos quedaran impunes.

Además, el gobierno federal llegó a acuerdos extrajudiciales que se habían presentado hace décadas, como casos de demanda colectiva por el mal manejo de las regalías del petróleo, y arrendamiento de zonas de plantación forestal y pastoreo por parte del gobierno.

«En mi opinión, el presidente Obama ha sido el mejor presidente en cuanto a asuntos de las tribus norteamericanas «, dijo Brian Cladoosby, presidente de la tribu Swinomish en el norte de Seattle, y presidente de la organización no partidista Congreso Nacional de Indígenas Estadounidenses, con sede en Washington, D.C. «Los últimos ocho años nos dan esperanzas de continuar ahora que tenemos relaciones en ambos partidos«.

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