Las fuerzas estadounidenses atacaron a milicias respaldadas por Irán en Irak, en respuesta a un ataque con aviones no tripulados que hirió a tres miembros del servicio estadounidense.
Washington.-El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado ataques aéreos en contra de grupos milicianos respaldados por Irán. Esto en respuesta a un atentado con drones que causó heridas a tres soldados estadounidenses en el norte de Irak.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional Adrienne Watson dijo que uno de los soldados sufrió heridas críticas durante el ataque de primeras horas del lunes. La milicia Kataeb Hezbollah, respaldada por Irán, y grupos proiraníes afiliados, se atribuyeron el atentado.
Biden, quien pasa la vacación de Navidad en el retiro presidencial de Camp David, Maryland, fue informado sobre el ataque del lunes y ordenó al Pentágono que le presentara opciones de respuesta.
El secretario de Defensa Lloyd Austin y el equipo de seguridad nacional elaboraron planes y le presentaron las opciones durante una llamada telefónica. El presidente ordenó los ataques en contra de tres ubicaciones que utilizan el Kataeb Hezbollah y grupos afiliados.
Reacción iraquí
La respuesta de Washington elevó las condenas del gobierno de Irak que ha considerado el ataque estadounidense como un “claro acto hostil”.
En el ataque aéreo nocturno por parte de las fuerzas estadounidenses habría muerto un militar iraquí y otros 18 resultaron heridos, según el gobierno de Irak que ha descrito la acción como “una violación inaceptable de la soberanía iraquí”.
Irak también señaló que los ataques de grupos armados contra bases militares que acogen a asesores de la coalición liderada por Estados Unidos son actos hostiles y violan la soberanía iraquí, según el comunicado gubernamental.
Fuentes de seguridad iraquíes dijeron que los ataques nocturnos por parte de Estados Unidos habrían impactado en el cuartel general del grupo armado iraquí Kataib Hezbolá en la ciudad iraquí de Hilla, al sur de Bagdad, que produjo las bajas.
Crece tensión
Estados Unidos tiene 900 soldados en Siria y 2,500 en Irak, en una misión que, según dice, tiene como objetivo asesorar y ayudar a las fuerzas locales que tratan de evitar un resurgimiento del Estado Islámico, que en 2014 se apoderó de grandes franjas de ambos países antes de ser derrotado por una fuerza de coalición liderada por EEUU.
El ataque contra soldados estadounidense se produce luego de una escalada de amenazas de violencia en el Medio Oriente desde la incursión del grupo Hamás en Israel el 7 de octubre que desencadenó la devastadora respuesta de Israel en Gaza.
Estados Unidos considera que Irán actúa tras bambalinas para proporcionar financiamiento y adiestramiento militar al grupo Hamás y a otras milicias que actúan en la convulsa región árabe y más allá como los ataques contra barcos mercantes en el mar Rojo.
Fuente: VOA
