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EEUU busca convencer a Irak que no apoya a Estado Islámico

EEUU busca convencer a Irak que no apoya a Estado Islámico

Muchos iraquíes todavía no están convencidos de que los estadounidenses estén de su lado, a pesar de que desde hace casi dos años, los ataques aéreos, los asesores militares y los embarques de armas estadounidenses han ayudado a las fuerzas iraquíes a hacer retroceder al grupo extremista Estado Islámico.

La coalición encabezada por Estados Unidos ha lanzado más de 5.000 ataques aéreos contra blancos del grupo extremista en Irak a un costo de 7.000 millones de dólares desde agosto de 2014, inclusive las operaciones en Siria. El martes, un miembro de la fuerza SEAL de la armada fue el tercer militar estadounidense que muere en la lucha contra Estado Islámico en Irak.

La percepción en Irak, sin embargo, es diametralmente opuesta.

Milicianos chiíes aliados con el gobierno en el frente de combate han publicado videos de suministros estadounidenses supuestamente capturados a milicianos de Estado Islámico o en áreas liberadas. Periódicos y televisoras repiten teorías de conspiración de que Estados Unidos creó el grupo yijadista para sembrar caos en la región y apoderarse del petróleo.

Pese a invertir más de 10 millones de dólares en relaciones públicas en Irak el año pasado, el gobierno de Estados Unidos parece haber hecho pocos progresos para contrarrestar esos rumores.

Una encuesta informal del Departamento de Estado a residentes iraquíes el año pasado halló que el 40% cree que la política estadounidense se propone «desestabilizar Irak y controlar sus recursos naturales» y un tercio cree que Washington «apoya el terrorismo en general y de Estado Islámico específicamente».

El escepticismo sobre los motivos de Estados Unidos está profundamente arraigado en Irak, donde muchos siguen culpándolo por el caos que siguió a la invasión en 2003 que derribó a Saddam Hussein y atribuyéndolo más a malicia que incompetencia. Las teorías de conspiración también arrecian en la vecina Irán, que respalda a poderosas milicias y partidos políticos con activas operaciones mediáticas.

Entre los críticos más vociferantes está al-Ahad TV, un canal de satélite con transmisiones las 24 horas financiado por Asaib Ahl al-Haq, una milicia respaldada por Irán y aliada con el gobierno iraquí. El canal difunde informaciones desde la línea del frente de lucha y programas de entrevistas políticas donde se insiste en el papel supuestamente perjudicial del gobierno estadounidense.

Estados Unidos «se propone debilitar Irak y el mundo árabe, como también a los chiíes», afirmó el vocero de al-Ahad, Atheer al-Tariq. «No escatiman esfuerzos para desestabilizar Irak y los países vecinos para seguir vendiendo armas y fortaleciendo su presencia en la región por medio del establecimiento de más bases militares».

El vocero dijo haber presenciado incidentes en que las fuerzas estadounidenses supuestamente ayudaron a Estado Islámico. Cuando las fuerzas de seguridad iraquíes se prepararon para entrar en la ciudad de Tikrit en abril, dijo que vio cuando dos helicópteros estadounidenses evacuaban a jefes milicianos. Unos meses más tarde, durante una operación para reconquistar la refinería petrolera Beiji, fueron lanzados contenedores con armas, municiones y alimentos en territorio en poder de los extremistas, agregó.

«¿Es lógico suponer que Estados Unidos, la fuente de la tecnología y la ciencia, pueda disparar un cohete o lanzar material de ayuda equivocadamente?», se preguntó.

Videos difundidos en las redes sociales por milicianos en el frente del combate supuestamente argumentan lo mismo. Uno de ellos muestra cajas de alimentos, uniformes y armas estadounidenses al parecer hallados en un área en control de Estado Islámico.

Pero hay otras explicaciones sobre la presencia de suministros estadounidenses en manos de los extremistas. Cuando el Estado Islámico avanzó en el norte y oeste de Irak a mediados de 2014, capturó vehículos blindados, armas pesadas y otros equipos que Estados Unidos había suministrado a las fuerzas de seguridad iraquíes a un costo de miles de millones de dólares y pese a la precisión técnica de los militares norteamericanos, a veces sucede que la asistencia lanzada desde el aire cae en terreno equivocado en medio del fragor del combate.

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