En España, Cataluña se ha visto afectada por una sequía de proporciones históricas. Las autoridades regionales han declarado el estado de emergencia en Barcelona y sus alrededores. En esta región española del noreste del país, las escasas precipitaciones de los tres últimos años han hecho caer en picado las cosechas, afectando un gran número de explotaciones agrícolas.
Desde hace tres años, en Cataluña llueve poco o nada. Técnicamente, la región lleva 38 meses en déficit hídrico, desde otoño de 2020. Para hacerse una idea: tendría que llover durante un mes sin parar para compensar esta falta de agua, pero eso significaría que Barcelona estaría totalmente inundada.
Se trata de la sequía más larga e intensa que ha vivido la región: el nivel de los embalses ha caído hasta el 16% de su capacidad. Esto implica, de hecho, el estado de emergencia para la gran mayoría de la región, es decir, más de 6 millones de personas en 202 municipios, incluyendo Barcelona, Girona y todas las ciudades de la costa.
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Se prevén importantes restricciones de agua debido a la sequía
Esta decisión, anunciada por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, supone nuevas restricciones para unos seis millones de personas. Esta urgencia implica que, por primera vez, se impondrán restricciones domésticas de dos maneras: por un lado, bajando la presión de los grifos para reducir el consumo y, por otro, limitando el consumo a 200 litros de agua por persona y día (incluidos todos los residentes), bajo pena de multa.
Además, ya no se permitirá llenar las piscinas de los hoteles y campings. En cuanto al uso agrícola, esta vez es un 80% menos de agua y un 25% menos para la industria. Ya hace un año que se aplican restricciones a la agricultura y la industria. Se ha informado a los residentes de la situación y han reducido su consumo. Pero esto no es suficiente.
Cataluña apuesta por la desalinización del agua de mar
Por su parte, el Gobierno ha desbloqueado 2.700 millones de euros para crear nuevas plantas de desalinización y tratamiento de agua, pero esto llevará tiempo. Si la situación empeora, la última opción que se baraja es que este verano lleguen al puerto de Barcelona barcos cargados de agua potable. La solución más sencilla sería que lloviera para entonces.
El episodio de sequía de larga duración que afecta a Cataluña también se extiende a otras regiones como Andalucía, en el sur de España, país en primera línea del cambio climático.
Con información de RFI.
