El primer ministro de Haití, Ariel Henry, ha reiterado enérgicamente su compromiso con la construcción del canal de riego que grupos construyen en el río Masacre, desafiando las objeciones planteadas por las autoridades dominicanas.
En un discurso reciente, Henry hizo hincapié en que Haití tiene el derecho de explotar los recursos hídricos compartidos y llamó al diálogo entre ambos países para resolver esta cuestión.
La posición del gobierno dominicano ha sido clara desde el principio: exigen que se detenga la construcción del canal, que consideran una violación del tratado de paz firmado en 1929, que regula las aguas compartidas entre los dos países. Esta disputa ha llevado a un tenso enfrentamiento diplomático entre Haití y la República Dominicana en los últimos meses.
En su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas la semana pasada, Henry reafirmó su compromiso con un reparto equitativo de los recursos del río Masacre y pidió el respeto de los acuerdos internacionales que rigen la zona fronteriza y sus recursos hídricos. Estas declaraciones no han hecho más que aumentar la tensión en la región.
Otro aspecto destacado del discurso de Henry fue su rechazo a las declaraciones de los líderes de las pandillas en su país que abogan por la paz y la convivencia. El primer ministro afirmó que «las pandillas no pueden hacer la paz, las pandillas no pueden vivir juntas».
