Jason Miller, escogido el jueves por el presidente electo Donald Trump para el cargo de director de comunicaciones de la Casa Blanca renunció sorpresivamente al nombramiento en la víspera de Navidad, aduciendo necesitar dedicar más tiempo a su familia.
“Después de pasar esta semana con mi familia, la mayor cantidad de tiempo que he podido pasar con ellos desde marzo de 2015, me queda claro que ellos deben ser mi prioridad en este momento y no es este el momento para comenzar un nuevo empleo tan demandante como el de Director de Comunicaciones de la Casa Blanca”, dijo Miller en un comunicado.
En el mismo comunicado, Miller también argumenta que con su esposa esperan la llegada de su segunda hija en enero y necesita poner a la familia “por delante” de su carrera.
“Espero continuar apoyando al presidente electo desde fuera, luego que mi trabajo en la transición concluya”, añade.
La sorpresiva renuncia no ha dejado de causar rumores sobre la decisión de Miller. The Washington Post señala un intercambio de tuits entre miembros del equipo de transición que hacen referencia a la necesidad de que Miller renuncie y otro en el que se compara a Miller con John Edwards, el ex senador y candidato presidencial demócrata que se vio envuelto en una aventura extramarital.
Consultado por el Post, Miller dijo que mantiene lo dicho en el comunicado.
En su ausencia, el puesto será llenado por Sean Spicer, un veterano del Partido Republicano, quien compartió con Miller la vocería de la campaña de Trump durante las elecciones generales.
