El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kiril concluyó este domingo en Sao Paulo, ciudad brasileña en la que ofreció una misa y visitó un templo, su gira de 11 días por cuatro países de América Latina en la que tuvo el histórico encuentro en La Habana con el papa Francisco.
El patriarca de Moscú y de toda Rusia, principal líder mundial de la Iglesia ortodoxa, encabezó en la mayor ciudad brasileña una liturgia magna en la Catedral Ortodoxa Metropolitana Antioquina, un templo ubicado próximo a la céntrica y famosa Avenida Paulista y al que le ofreció un icono de Jesús Cristo.
En la ceremonia, de cerca de tres horas, el líder religioso dijo que Brasil puede construir con éxito una sociedad justa, pero desde que alíe el poder del conocimiento, de la educación y de la tecnología con el poder de la oración y de la fe para acabar con la pobreza y elevar la calidad de vida de la población.
El patriarca también volvió a manifestar su preocupación con los cristianos actualmente perseguidos en países de Oriente Medio y alertó que una paz duradera está vinculada a la justicia y no a la violencia.
«La guerra y la violencia nunca conseguirán una paz duradera. La paz duradera está siempre asociada con la justicia», dijo en su sermón.
Antes de embarcar en Sao Paulo de regreso a Moscú con toda su delegación, Kiril tenía previsto visitar la Iglesia Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de la Anunciación, ubicada en el tradicional barrio de Ipiranga.
Brasil, país con entre 3.000 y 4.000 fieles ortodoxos, en su mayoría inmigrantes establecidos en el estado de Sao Paulo, fue el último país latinoamericano en la gira del líder de la Iglesia Ortodoxa rusa, que cuenta con unos 150 millones de seguidores en todo el mundo.
El periplo latinoamericano de Kiril incluyó también visitas a Paraguay, Chile y Cuba, isla donde participó el pasado 12 de febrero de un encuentro histórico con el papa Francisco y en la que también se reunió con el exgobernante cubano Fidel Castro.
