Cuba.– Por algo es común el dicho, si no vas a “El Floridita” no estuviste en La Habana, es que este lugar tiene fama de ser algo muy propio del lugar y precisamente eso fue a comprobar nuestra enviada especial a Cuba, Ana Rosssina Troncoso.
En esta ocasión en medio de su apretada agenda de trabajo por la visita de Barack Obama, sacó tiempo para ir a «la cuna del Daiquirí», un bar restaurante histórico de La Habana.
Conversó con Orlando Blanco, quien le conto sobre la historia del lugar y cuales bohemios escritores lo frecuentaban.
El Floridita no solo es un bar, también funciona como restaurante; en el año 1817 abrió las puertas por primera vez, en la esquina de Obispo y Monserrate, en un principio se llamó “La Piña de Plata”, un poco después “La Florida” y en la actualidad es conocido como “El Floridita”.
