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Izquierdista surge en carrera presidencial de Perú con promesas de cambiar el modelo económico

Sacudiendo a los mercados financieros con sus propuestas de izquierda, la candidata presidencial peruana Verónika Mendoza ha sacado provecho del descontento de muchos compatriotas pobres y luchará en las elecciones del domingo por colarse en un balotaje con la favorita conservadora Keiko Fujimori.

Para lograrlo, la legisladora y psicóloga de 35 años tendrá que imponerse al ex ministro centroderechista preferido de los mercados, Pedro Pablo Kuczynski. Si lo consigue, protagonizaría en junio una segunda vuelta femenina que consagraría a la primera mujer al frente de Perú.

Sus detractores la han calificado de «roja» y «chavista» y la acusan de querer gobernar el país con un sistema económico similar al de Venezuela, que tiene una retórica anticapitalista.

Perú, un importante productor minero en la región, ha vivido en la última década un periodo de auge económico sostenido al amparo de políticas económicas de libre mercado. Aunque la pobreza se ha reducido, millones de peruanos aún no sienten los beneficios del ritmo económico, que se ha venido desacelerando.

Aunque lleva años haciendo política, Mendoza es percibida como una figura refrescante en la arena y atrae a quienes rechazan a las figuras tradicionales, según encuestadores.

«Sus propuestas en favor de los pobres nos gustan porque ya estamos cansados de siempre lo mismo y queremos un cambio», dijo Juan Huamani, un vendedor de periódicos de 32 años que dice que votará por la candidata.

Aunque no aludió directamente a Mendoza, el presidente del Banco Central peruano dijo el miércoles que había cierto nerviosismo en el mercado por las elecciones.

La candidata ha rechazado ser una izquierdista radical, y ha dicho que busca un modelo moderado similar al de Uruguay.

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