Guatemala.- Guatemala se mantiene en calma pero en vilo, tras la renuncia el viernes de la vicepresidenta Roxana Baldetti, vinculada a un escándalo por corrupción por una defraudación millonaria al fisco.
La imagen de mujer defensora de la transparencia que quería mantener Baldetti se derrumbó por varios hechos de corrupción donde aparecía vinculada, sin embargo el caso que le dio una estocada final llegó el 16 de abril, cuando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, y la fiscalía desarticularon una red de defraudadores que era liderada por Juan Carlos Monzón Rojas, mano derecha y exsecretario privado de Baldetti.
La Comisión, un ente de Naciones Unidas para investigar grupos paralelos incrustados en el estado y la fiscalía determinó a través de miles de escuchas telefónicas cómo la red recibía sobornos de empresarios para desfalcar al fisco.
El presidente Otto Pérez Molina fue el encargado de hacer pública la renuncia de Baldetti, quien en su carta entregada a la prensa dijo: «Me aparto del cargo como una muestra de voluntad, para que se esclarezcan los hechos… me pongo a disposición de los órganos de justicia para que se me investigue».
Baldetti y Pérez Molina llegaron al gobierno a través del derechista Partido Patriota, fundado por ambos en 2001.
Varios fueron los motivos que mermaron la imagen pública de Baldetti: el acelerado crecimiento de su patrimonio y su negativa a hacer públicos sus estados patrimoniales, el lujo en ropa, vehículos y viajes que sus hijos mostraban en redes sociales, el uso, muy criticado, de un líquido para limpiar el Lago de Amatitlán que costaría millones de quetzales sin que se realizaran los estudios ambientales respectivos.
Sin embargo el caso de la defraudación millonaria le dio una estocada final a su imagen. El día del anuncio del desmantelamiento de la red, Baldetti se encontraba en Corea del Sur junto a Monzón Rojas, ella misma dijo que le informó sobre la investigación y lo destituyó, algo que aprovechó Monzón para huir. Hoy día es prófugo de la justicia.
Alejandro Sinibaldi, el candidato presidencial por el mismo partido que Baldetti, renunció a la candidatura reclamando que Baldetti bloqueaba su participación.
Tras el escándalo miles de guatemaltecos, espontáneamente y sin líderes, salieron a las calles a protestar. Poco a poco diversos sectores fueron uniéndoseles, entre ellos universidades, empresarios y la iglesia católica.
La semana pasada dos partidos políticos de oposición solicitaron a la Corte Suprema de Justicia el retiro de su inmunidad, algo que aceptaron y tramitaron, enviándola al Congreso que formó una comisión investigadora. Baldetti trató de revertir la decisión de la Corte Suprema pero la Corte de Constitucionalidad, el máximo tribunal de justicia, le negó un amparo provisional.
Al verse cerrados sus frentes Baldetti renunció.
El clamor popular no ha mermado, para hoy sábado se ha convocado a una nueva marcha, esta vez para celebrar la renuncia y exigiendo que se juzgue a la funcionaria, pero también para pedir la renuncia de Pérez Molina.
El pleno del Congreso de la República definirá esta tarde si acepta su renuncia. Si acepta, el presidente deberá enviar una terna de tres nombres de los cuales el Congreso deberá elegir al sustituto de Baldetti.
Guatemala enfrenta una convulsionada vida política a solo cuatro meses de desarrollarse las próximas elecciones, planificadas para septiembre.
