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Brasil: Dilma Rousseff anuncia gran ajuste y elimina ocho ministerios

La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, anunció una amplia reforma de su Gabinete, tanto de la estructura como de los ocupantes, con la que ampliará la participación en su Gobierno del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor fuerza electoral del país.

Además de reestructurar y reducir el Gabinete, que actualmente cuenta con 39 ministros, la jefa de Estado pretende reacomodar las fuerzas que la apoyan, en momentos en que enfrenta una grave crisis política y en que su popularidad permanece en mínimos históricos.

Estructuralmente, la reforma se propone eliminar ocho carteras y unificar otras para reducir el Gabinete como forma de disminuir los gastos y aumentar la eficacia.

Habrá un recorte del 10% en la remuneración de los ministros

«Todos los países construyeron estados modernos. Esos estados modernos son eficientes. El estado brasileño debe estar preparado para asumir una doble función: asegurar igualdades de oportunidades y elevar la competitividad del país», comenzó la mandataria.

Y siguió: «Vamos a reducir ocho ministerios y 30 secretarías nacionales en todos los ministerios. Vamos a revisar todos los contratos del gobierno y reduciremos 3.000 cargos de comisionados (contratados por el estado)».

«Habrá un recorte del 10% en la remuneración de los ministros y vamos a revisar los contratos de alquiler de servicios», agregó. La jefa de Estado subrayó que las medidas «se tomaron para propiciar un equilibrio fiscal».

La jefa de Estado subrayó que las medidas «se tomaron para propiciar un equilibrio fiscal»

«Se busca aumentar la confianza en la economía. El estado debe estar preparado para asegurar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos. La gestión pública requiere una mente que tenga que ser permanente, sistemática y calificada».

Por último, afirmó que las dificultades no se han superado pero que serán enfrentadas. «Estas son las bases para un nuevo ciclo de crecimiento. Procuramos ubicar los intereses del país por sobre los intereses particulares».

Políticamente, la reforma reducirá la participación en el Gobierno del oficialista e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), la formación en el poder en Brasil desde 2003, primero con Luiz Inácio Lula da Silva y ahora con Rousseff, para darle mayor espacio al PMDB, una formación de centro que ejerce la mayoría de los gobiernos regionales y municipales y que tiene las principales minorías en el Senado y la Cámara de Diputados.

Según analistas políticos, el apoyo del PMDB es esencial para que Rousseff supere la crisis política y para que evite que el Congreso le abra un juicio político con fines de destitución, como insisten algunos sectores de la oposición.

Tras casi un mes de consultas, principalmente con los dirigentes del PT y del PMDB, la gobernante discutió este jueves la reforma con Lula, su antecesor y padrino político, en una reunión de tres horas. Poco antes la debatió con su vicepresidente, Michel Temer, principal líder del PMDB.

El apoyo del PMDB es esencial para que Rousseff supere la crisis política

La mandataria ya anticipó algunos cambios esta semana con la confirmación de que destituyó a los actuales titulares de Salud, Arthur Chioro; y de Educación, Renato Janine Ribeiro. Estos Ministerios, hasta ahora reservados al PT, controlan dos de los mayores presupuestos del Gabinete en Brasil.

En las negociaciones también han participado dirigentes de otras formaciones que apoyan al Gobierno y que aspiran a mantener su participación en el Gabinete, entre los cuales se encuentran los partidos Republicano Brasileño (PRB), de la República (PR), Progresista (PP), Comunista de Brasil (PCdoB), Republicano del Orden Social (PROS) y Social Democrático (PSD).

Hasta inicios de septiembre también estaban en la coalición los partidos Laborista Brasileño (PTB) y Democrático Laborista (PDT), cuyos parlamentarios se declararon «independientes» en rechazo al duro ajuste fiscal impuesto por el Gobierno para hacer frente a la delicada situación de la economía.

Rousseff, cuya popularidad cayó a menos del 10 % tras haber sido reelegida en octubre pasado con el 51 % de los votos, enfrenta, además de disputas de los partidos que la apoyan, una crisis política derivada del escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, que ha salpicado a medio centenar de políticos, en su mayoría oficialistas.

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