Un reportero brasileño quiso ser el primero en dar la exclusiva de una persecución policial, obteniendo los testimonios de los protagonistas, uno de los cuales ya estaba muerto.
Todo ocurrió en Aracju, un municipio brasileño, donde la policía aplica un programa de cero tolerancia que llevó a las autoridades a perseguir y detener a unos presuntos delincuentes.
El comunicador entrevista a uno de los policías que detuvo al trío de malhechores, los cuales estaban boca abajo en el piso. Dos de ellos respondieron sus preguntas, pero el tercero no lo hizo.
El hombre de azul estaba inmovil en el suelo, en la misma posición que los otros, y aunque intentó moverlo, pronto se dio cuenta de que había perdido la vida.
