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“Por qué grabé mi aborto espontáneo”

«Ahora ya estoy harta, ya no quiero estar embarazada», dice entre lágrimas Lisa Francesca Nand, poco después de saber que había vuelto a tener otro aborto espontáneo.

Fueron 5 en total. Todavía con el feto muerto en el útero dijo ante la cámara «estoy embarazada pero a la vez no lo estoy. Ya sólo quiero volver a ser normal».

«Ya ni sé si quiero tener niños». Lisa Francesca Nand decidió registrar en un documental íntimo cómo se sintió durante el proceso de pasar por un aborto espontáneo para desafiar el secretismo que rodea a este problema que afecta a muchas más familias de lo que parece.

Hablar sobre la pérdida de un embrión, un feto o un bebé que aún no nació sigue siendo un gran tabú cultural en muchas sociedades.

«Empecé a grabar un video diario porque nadie habla de esto. Quiero que la gente sepa que no son los únicos que pasan por esto, no están solos», dijo Lisa.

La emisión del documental en Reino Unido coincide con la celebración en octubre de una semana de concientización sobre la pérdida de bebés.

1 de cada 4 embarazos. Según la Asociación del Aborto Espontáneo de Reino Unido, uno de cada cuatro embarazos acaba en un aborto espontáneo, y sin embargo la mayoría de las mujeres nunca habla sobre el tema.

La asociación cree que la pérdida de un bebé no nacido es uno de los mayores tabúes que persisten en nuestras sociedades.

«Un día estaba embarazada, estábamos planificando el futuro y pensando en convertirnos en mamá y papá. Y de repente, en cuestión de horas, ya no íbamos a ser padres. Es desgarrador», describió Lisa.

«Caminando con un bebé muerto» Cuenta Lisa que en uno de los abortos la enviaron a casa a «sangrar» el saco amniótico, en el que se desarrolla el feto.

«Tuve que caminar una semana con un bebé muerto dentro de mi hasta que salió. Después, sangré durante seis semanas más. Como nadie habla del dolor físico, no me lo esperaba».

Después de sufrir cuatro abortos espontáneos, Lisa, que ahora tiene dos niños con su marido David, quiso registrar su dramática experiencia en un documetal íntimo grabado por la propia pareja.

Muchas mujeres ven ese saco del feto muerto en el sangrado, ya sea en casa o en el hospital, algo que psicológicamente puede ser muy duro.

Además, a nivel hormonal el cuerpo puede seguir «embarazado» durante varias semanas más aún después de sufrir un aborto espontáneo.

Y los síntomas del embarazo, como la barriga hinchada, pueden persistir a pesar de que el feto ya no tiene latido o o ya fue extraído del cuerpo de la madre.

En una de las escenas del documental, titulado First Heartbeat («El primer latido»), el marido de Lisa, David, habla visiblemente afectado mientras espera fuera del hospital a que su pareja salga de la operación para la extracción del feto y del resto de tejidos del embarazo.

Cuenta entre lágrimas que podría haberse quedado a acompañarla pero no pudo y tuvo que irse.

Dice que tuvo «algunos de los sentimientos más fuertes de su vida» en esos momentos.

La «regla» de los tres meses. ¿Pero de dónde viene ese secretismo social en torno a los abortos espontáneos?

Según Ruth Bender Atik, directora nacional de la Asociación británica del Aborto Espontáneo, tiene que ver con la práctica habitual en muchos países de no anunciar públicamente un embarazo antes de los tres meses.

Queremos que la gente diga cosas como «Lo siento mucho» o «¿quieres hablar sobre el tema?», en vez de «no te preocupes, pronto volverás a quedarte embarazada».

La probabilidad de tener un aborto espontáneo se reduce notablemente después de las 12 semanas de gestación.

«La mayoría de los abortos suceden durante los tres primeros meses. Si no le cuentas a la gente que estás embarazada entonces lamentablemente tampoco vas a recibir el apoyo que necesitas cuando estás en duelo», dijo Ruth Bender.

Si bien no va con el carácter de todas las mujeres hablar sobre el embarazo antes de las 12 semanas, Ruth cree que «puede ayudar».

«No se lo contamos a la gente «por si acaso pasa algo», pero eso puede reforzar la idea de que si ocurre un aborto espontáneo hay que mantenerlo en secreto», añadió.

Por otro lado, con frecuencia se desconocen las razonas por las que sucede un aborto espontáneo, lo que hace que muchas mujeres se culpen a sí mismas.

«La mayoría de las mujeres nunca saben por qué, así que piensan que debió ser culpa suya, y ese esa es una ruta de pensamiento muy peligrosa».

Por otro lado, los amigos y la familia con frecuencia no saben cómo reaccionar y pueden hacer las cosas peor con comentarios poco sensibles, según Bender.

«Queremos que la gente diga cosas como «Lo siento mucho» o «¿quieres hablar sobre el tema?», en vez de «no te preocupes, pronto volverás a quedarte embarazada», dijo.

Lee también: Por qué causa tanta polémica Planned Parenthood y la donación de fetos abortados en EE.UU.

Secreto en el trabajo. Charlie Jones, periodista de la BBC, también sufrió un aborto espontáneo que mantuvo en secreto durante meses.

«Volví a trabajar inmediatamente porque mis compañeros de trabajo no sabían que estaba embarazada», dice.

Charlie Jones pensó en hacerse un tatuaje porque sentía que no tenía nada que probara que había estado embarazada, «como si nunca hubiera pasado nada».

Ella también pasó por el proceso inicial de culparse a sí misma.

«Debió de ser por ese pesado equipo de filmar que levanté en el trabajo. O quizás por ese ron que me bebí en las vacaciones antes de saber que estaba embarazada».

Jones dice que aunque su marido la apoyó mucho durante el proceso, ella lo rechazó diciendo que no podía entender cómo se sentía.

También le hizo guardar todos los libros, ropa y demás objetos relacionados con la maternidad.

«Verlos era demasiado doloroso», describe.

La periodista dice que consideró hacerse un tatuaje porque sentía que no tenía nada que probara que había estado embarazada, «como si nunca hubiera pasado nada».

Pero empezar a compartir su historia poco a poco varios meses más tarde le hizo ver que mucha otra gente había pasado en secreto por experiencias similares.

Cuando puso un mensaje en Facebook para escribir un artículo sobre el aborto espontáneo, «amigas que conocía desde hace años se pusieron en contacto conmigo para contarme historias de pérdidas que nunca antes habían compartido».

Una de ellas le contó que había tenido un aborto en el trabajo pero que no dijo nada porque no quería contárselo a su jefe.

Otra le dijo que sentía como si hubiera fracasado en algo que las mujeres deberían poder hacer.

Por su parte Lisa, la protagonista del documental First Heartbeat, dio a luz a Sebastian en 2012. Después tuvo otro aborto espontáneo antes de dar a luz a su segundo hijo Elliot, en 2014.

Si has pasado por la dura experiencia de tener un aborto espontáneo y quieres compartir tu vivencia puedes hacerlo en nuestra página de Facebook en este vínculo.

Estos son algunos de los comentarios que nos han llegado:

«Es una impresión muy grande estar llena de ilusiones y llegar a la consulta médica y que te digan tu bb tiene una semana que dejó de crecer y no late su corazón No hay síntomas y una piensa que el desarrollo va normal, después de esas palabras viene lo peor que es sacar a ese bebito ( que para nosotras ya era un bb aunque los médicos digan que aún no lo era ) es un proceso muy doloroso que pase el año anterior». Vanessa Rivera

«Es muy doloroso yo también lo pasé un abrazo para todas las que están pasando por ello. Nunca nos olvidamos incluso de aquellos que no nacieron pero que sentimos en nuestro interior y ya queríamos antes de nacer. Pero todo se supera ,pasas el duelo y luego llegan otros, aunque esos siempre siempre seguirán en nuestro corazón. Besos a todas». Carmita Mendoza

«Es muy duro, lo peor es que para todos parece que no pasó nada. Yo estuve 1 semana en el hospital, esperando que el cuerpo lo expulsara solo, cosa q nunca sucedió. Realmente muy dificil superarlo». Yorleny Ruiz C

«Es de lo peor q lepuede pasar a una mujer….y parece q no le pasa a nadie…al fin y al cabo era y es nuestro bebé». Maria Perez Yeste

«A mi me pasó dos veces: entre mi primera y segunda hija. Lo pasé muy mal. Además la edad corría en mi contra y hube de oír bastantes comentarios en este sentido. Llegue a obsesionarme y no conseguía quedarme embarazada. Cuando iba a iniciar un tratamiento de fertilidad me quedé embarazada de mi hija pequeña. Lo oculté hasta los casi cinco meses. Por si acaso». Susana Argudín Bringas

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