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Las características de la generación Z

Parecen la generación perfecta. Tanto es así que, en la película Mientras seamos jóvenes, de Noah Baumbach, Ben Stiller, un documentalista cuarentón, cae seducido ante la espontaneidad de Adam Driver, un documentalista veinteañero, que le hace añorar sus años de juventud.

La generación X, la escéptica y exigente, la que vivía sin Twitter y ahora lo necesita más que nadie, frente a la generación Z, la de los nativos digitales, prácticos y alérgicos al orden preestablecido. Algunos de ellos no habían nacido todavía cuando el propio Stiller se preguntaba por esa “generación perdida”, la suya, en Bocados de realidad, en 1994.

El origen de los Zeta, también conocidos como generación postmilenio o iGen, se encuentra en una infancia donde la libertad y la bonanza económica eran “lo normal”, hasta que llegó la crisis. El terrorismo, el paro, el cambio climático… los han puesto en guardia. Reivindican la transparencia y se preocupan por el planeta. Huyen del consumismo y son más realistas que sus antecesores. Se consideran autosuficientes y quieren trabajar en algo que les guste. Además, nacieron con la Red: la nube es su hábitat, son creadores de contenidos, preferiblemente con imágenes.

El dato: representan casi el 26% de la población –nacidos entre 1994 y 2010–, el mayor segmento del planeta. Aún no pueden decidir, pero cuando lo hagan hay quien se los imagina como los protagonistas de Los juegos del hambre: la economista Noreena Hertz los llama “generación Katniss” por su justiciera protagonista, interpretada por Jennifer Lawrence.

¿Eres un Zeta?

Pero, ¿qué hacen los Gen Z que les desmarque de otras generaciones como la peterpanesca Y o la de los millenials X? Según un estudio de la consultora Millennial Branding, llamado Gen Z Global Workplace Expectations, éstos podrían ser sus puntos fuertes.

1. Tienen espíritu emprendedor. Si son líderes, dicen, tienen que ser honestos.

2. No les importa el dinero… aún.

3. Prefieren la comunicación cara a cara a la tecnología.

Un Zeta sabe que no tendrá un sólo empleo. No busca hacerse millonario, prefiere hacer un trabajo bien hecho. Si puede trabajar en un hobbie, mejor.

Le gusta reinventarse. El Do It Yourself es su mantra. El tiempo libre se invierte en las vocaciones,

Cuestiona las jerarquías. Necesita flexibilidad de horarios y ser escuchado por sus jefes. Google, Nestlé o Apple son empresas que aparecen como las más atractivas.

Desea cumplir ante todo sus sueños personales. No es cuestión de esforzarse más para conseguir más. Piensa en el futuro no en el presente.

Quiere aprender siempre, pero de forma autodidacta, ya que cree que la educación que le dieron no sirve para nada.

Comprometido, hay temas incustionables como la igualdad y la sostenibilidad. Cree que la empresa debe «hacer el bien» como parte central de su actividad.

Se aburre delante del televisor porque no puede elegir. No consume medios tradicionales.

La privacidad es un plus. Huye del exceso de exposición de las redes sociales, de ahí que triunfen plataformas como Snapchat (que destruye los envíos).

Compra y trabaja a través de dispositivos tecnológicos. El poder de marca interesa en redes sociales. Prefiere YouTube a Facebook. Sigue a influencers en el medio online.

El lado oscuro de los Zetas

Es cierto que son capaces de superar cualquier obstáculo, pero, a veces, les puede la impaciencia: quieren resultados inmediatos y si el tema no les interesa, pasan página. Viven en un mundo (online) que puede distorsionar la realidad y ser impreciso. Aunque valoren el cara a cara, en su mayoría, siguen evitando el contacto y prefieren wasapear o enviar un email (algunos los denominan por eso Generación Friction Freek). Aunque ganar dinero sea secundario, estan preocupados por endeudarse. En su lado más extremo son individualistas, no creen en las normas sociales. La educación y el trabajo poco importan en sus vidas, tampoco los valores familiares. Se creen con derechos o privilegios que aún no se han ganado.

¿Qué piensan los Zeta de las etiquetas?

En un artículo en Fastcoexist, Jeremy Finch, habla con varios jóvenes sobre las claves de su generación. Y éste es el resultado:

1. Sobre la impaciencia: no es una falta de atención es un filtro de ocho segundos. Las opciones son ilimitadas pero el tiempo, no. De ahí que gasten poco (ocho segundos, en concreto) para descartar información. Van al grano. Las apps lo facilitan y siguen a aquellos que coleccionan información más relevante.

2. No son adictos a las pantallas, son creadores de marca a tiempo completo. Los llaman ineptos a nivel off-line y las generaciones anteriores no entienden su adicción a Internet, pero en realidad luchan por compaginar su marca personal y la profesional, y destacar. Aunque busquen aceptación quieren diferenciarse.

3. No todos son emprendedores, son prácticos. Quieren trabajar para sí mismos, pero no todos asumen el riesgo.

La película de Noah Baumbach termina con un niño usando una tableta a velocidad de vértigo. Ya nos hemos quedado sin letras en el abecedario generacional. ¿Quiénes desbancarán a los Zeta? Continuará…

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