Una nutrición saludable representa un papel fundamental para la prevención de factores de riesgo relacionados con la dieta, como el sobrepeso y la obesidad, y las enfermedades no transmisibles asociadas.
El consumo de alimentos y bebidas con alto contenido de nutrientes críticos (sal, azúcar, grasas saturadas y trans) se asocia con un mayor riesgo de factores de riesgo relacionados con enfermedades. Tales como emaciación, retraso de crecimiento y enfermedades por deficiencia.
La evidencia también ha demostrado la importancia de la práctica adecuada de la lactancia materna y la alimentación complementaria y los sistemas alimentarios saludables sostenibles.
La doctora Leimy Mayrette Cruz, nutriológa clínica, recomienda un cambio de alimentación, disminuyendo frituras, sal y grasas, y añadiendo alimentos naturales ricos en nutrientes como frutas, verduras, granos integrales, entre otros.
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La doctora Cruz también hace énfasis en el tipo de cocción que normalmente las personas dan a los alimentos. Cambiar el hábito de freir las cosas por cocinar a la plancha, al horno o al vapor, es una disminución en las grasas. Un ejemplo es sustituir la mantequilla por el aceite de oliva.
También recomienda disminuir los condimentos agregados, las cantidades de sal y el azúcar a la hora de preparar los alimentos.
Dando pequeños pasos, las personas pueden ver grandes cambios. Así ayudan a reducir las elevadas cifras de muerte por obesidad o enfermedades desarrolladas a raíz de la misma, como la diabetes o hipertensión.
