Si tuviéramos que enumerar alimentos que no pueden faltar en una cocina, seguro que la cebolla sería de los primeros en nombrarse. Y es que es, sin duda alguna, es uno de los alimentos más utilizados en la gastronomía de prácticamente todo el mundo.
La cebolla aporta sabor a una gran variedad de platos de todo tipo, desde guisos hasta salsas. Pero además, tiene una gran cantidad de beneficios que les contamos a continuación.
Como la gran mayoría de las frutas y verduras, conserva mejor sus nutrientes si se consume cruda, ya que al cocinarla se pierden algunos. ¡Pero no todos! Sea como fuere, comer cebolla siempre es una opción tan sabrosa como saludable.
La cebolla ayuda a controlar la diabetes
Uno de los nutrientes más presentes en la cebolla es el cromo, que es un oligoelemento esencial para regular la insulina, además de ayudar al metabolismo a procesar los carbohidratos y las grasas. Otro de sus elementos, la glucoquinina, sirve para ayudar a que el páncreas se estimule y se reduzca el nivel de azúcar en sangre.
Potencia la salud digestiva
Dado el gran número de probióticos que contiene, la cebolla mejora el crecimiento de las bacterias beneficiosas para el sistema digestivo, además de ayudar al equilibrio de la flora intestinal y de evitar parásitos y hongos. Su contenido en fibra también resulta muy eficaz contra el estreñimiento.
Buena para los huesos
Quizás sea uno de los beneficios menos conocidos de la cebolla, pero también contiene una gran cantidad de calcio y vitamina K, que ayudan a fortalecer los huesos y previenen la osteoporosis.
La cebolla es antibacteriana
La cebolla es rica en quercetina, un compuesto que evita el crecimiento de las bacterias nocivas. Hay estudios que demuestran su eficacia contra dos bacterias frecuentes que provocan muchos problemas estomacales. Tal es el caso del Helicobacter pilori o el E. coli.
Beneficiosa para el corazón
Su alto contenido en antioxidantes evita la aparición de trombos, a la vez que tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias. También ayuda a reducir el colesterol malo y los triglicéridos, con lo que es un gran aliado contra la hipertensión arterial.
Reduce el riesgo de padecer cáncer
Su gran variedad de nutrientes ha demostrado, a través de varios estudios científicos, que las personas que consumen cebolla de manera regular tienen menos probabilidad de sufrir cáncer de colon o de estómago. La quercetina no solo evita el crecimiento de las bacterias nocivas, sino también de las células cancerígenas. Este también es el caso del azufre, otro elemento presente en la cebolla.
La cebolla es un potente diurético
Esto en sí mismo ya es un gran beneficio, pero que, además, también está relacionado con la salud digestiva o cardiovascular. Sus propiedades antiinflamatorias y diuréticas hacen que la cebolla resulte muy beneficiosa para el riñón y ayuda a reducir la retención de líquidos.
Ayuda a reforzar el sistema inmunológico
El alto contenido en vitamina C y antioxidantes hace que la cebolla resulte muy eficaz a la hora de evitar y combatir infecciones, fortaleciendo el sistema inmunológico. Al mismo tiempo, su consumo habitual reduce la generación de histamina, con lo que también disminuye el riesgo de tener reacciones alérgicas.
Ayuda contra los problemas respiratorios
El azufre de la cebolla tiene propiedades antisépticas y mucolíticas, a la vez que la quercetina es un antiinflamatorio. También contiene polifenoles, que sirven para descongestionar la nariz y como expectorantes. Toda esta combinación hace que la cebolla sea un remedio tradicional y casero contra resfriados y procesos respiratorios complejos como las bronquitis.
Alto contenido nutricional
Además de la gran cantidad de vitaminas y minerales que contiene la cebolla, es un alimento muy bajo en calorías, lo que la hace indispensable en prácticamente todo tipo de dietas. Algunos de sus principales nutrientes son la vitamina C, el calcio, el fósforo o el cobre, además de tener un alto contenido en fibra y contener gran cantidad de quercetina, un potente antioxidante.
