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Arte latinoamericano expuesto en Nueva York

Nueva York. – El arte latinoamericano exhibe su potencial para subirse a la primera línea del mercado en la séptima edición de la feria de arte latinoamericano Pinta, que desde hoy hasta el 17 de noviembre llenará Nueva York con una amplia paleta de colores que van desde la rabiosa emergencia a la consolidación.

60 galerías de 20 países, 160 artistas modernos y contemporáneos de América Central y del Sur, propuestas llegadas desde España o desde artistas latinos residentes en Estados Unidos, y temas como religión, política, economía y sexo se arremolinan en esta feria dividida en cuatro apartados temáticos.

Esta feria, instalada en el cotizado barrio neoyorquino de Soho, pretende «construir un puente desde y hacia América Latina» en el mundo del arte. «Con el trabajo de todos lograremos con el tiempo integrarnos en el arte internacional», aseguró en la presentación de Pinta 2013 el presidente de la feria, Diego Costa Peuser.

Artistas tan conocidos como la bogotana Ana Mercedes Hoyos, la cubana Loló Soldevilla, el español Augusto Torres o el argentino Antonio Asís concurren en un mismo espacio.

Allí, en un paseo por la feria el visitante puede sorprenderse con las telas anudadas del peruano Jorge Eielson, admiradas por Mario Vargas Llosa, que las definió como «una sensibilidad única resultado de la mezcla de su recóndito misticismo, su amplia versatilidad en distintas disciplinas y su pasión por la belleza».

Se encuentra en la sección Pinta Modern, comisariada por la venezolana residente en Los Ángeles Cecilia Fajardo-Hill, que hoy rompió una lanza por el arte conceptual y que ha seleccionado a galerías como el Museo Gurvich, de Montevideo, o Artespacio, de Santiago de Chile.

En la franja de Pinta Contemporary, seleccionados por Ian Cofre desde Nueva York, los nuevos lenguajes llevan a los dibujos matemáticos de la nicaragüense Patricia Belli o al grito de «YSL: Yo soy libertador», del artista mexicano Artemio, así como las propuestas del país invitado, Argentina.

De este país destacan Emiliano Miliyo, que no se rasga las vestiduras sino los dólares hasta formar una cadena de ADN, que a su vez conecta con la obra de su compañera Karina El Azem, que denuncia en forma y fondo las calumnias que llevan a inocentes al corredor de la muerte, con una impactante serie de retratos en sangre y el reactivo usado por los criminalistas llamado Luminol, que ilumina la sangre e identifica el ADN.

En Pinta Centro, que se dedica a América Central, Omar López-Chahoud ha seleccionado trabajos como el del salvadoreño Walterio Iraheta, que permite al visitante perderse en una gran serie de fotografías de huevos de gallina.

Pero como toda feria que se precie, Pinta ha de ser también un lugar para cazatalentos, además de para vendedores o compradores de artistas consagrados. Así está Pinta Emerge, comisariada por José Roca, y dando un paso más allá en lo emergente para situarse casi en los debutante, Pinta Next presenta galerías jóvenes y emergentes que llevan menos de cinco años en actividad.

Allí se pueden ver la fotografía artística de «Las dos Fridas», que recrea el cuadro de Frida Khalo con dos hombres maquillados y retratados por Pedro Marinello y Carlos Altamirano. En Pinta Vídeo, comisariada por Octavio Zaya, se pueden ver trabajos visuales como el «Domino9 Effect», de Donna Conlon y Jonathan Harker, o «The Only Evil», de la galería madrileña Moriarty, que cuenta con un narrador de lujo, el gurú del cine experimental Jonas Mekas.

Frente al trabajo meramente expositivo, Pinta 2013 ha querido también inducir al debate a través del Pinta Forum, un programa público y una serie de conferencias coordinados por el escritor limeño Miguel López y la comisaria venezolana Gabriela Rangel (Nueva York, así como la iniciativa Pinta Editions, que se destina a introducir en Estados Unidos libros de arte que no han sido editados en el país.

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