Las enfermedades cardiovasculares provocan más muertes anuales que cualquier otra causa de fallecimiento en el mundo. Esta afirmación alarmante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es motivo de reflexionar qué tanto conocemos de este tipo de padecimientos y separar los hechos de la ficción entorno a la salud cardíaca.
Las investigaciones científicas han desempeñado un papel fundamental en la eliminación de mitos arraigados en torno a la salud cardíaca, proporcionando datos reales y confiables que desafían creencias erróneas.
Por ejemplo, durante décadas se creía que consumir huevos aumentaba significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas debido a su alto contenido de colesterol. Sin embargo, estudios científicos, como el publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2019, han demostrado que el consumo moderado de huevos no está vinculado a un mayor riesgo para la salud cardíaca.
Mito 1. Aún soy joven para sufrir de enfermedades cardíacas
Verdad. Si crees que la juventud está exenta de padecer problemas del corazón estás en un error. De acuerdo a la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), jóvenes y adultos jóvenes pueden experimentar enfermedades cardíacas, dado el aumento de la obesidad, la diabetes tipo 2 y riesgos a edades tempranas.
La AHA recomienda saber vivir en estos mejores años de nuestro organismo de una forma saludable y equilibrada, ya que el cuerpo puede facturar los malos hábitos en el tiempo e incrementar los riesgos.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) también ha levantado una alerta ante el incremento de los infartos en la población juvenil, acuñados a factores de riesgo como la hipertensión arterial, sedentarismo, sobrepeso, diabetes y altos niveles altos de alcohol.
Otro factor de riesgo para la salud cardíaca está relacionado con la salud mental. En ese sentido, el cardiólogo Milagros Terrero Cuesta, destacó que el estrés elevado en adultos jóvenes agrava problemas cardíacos y trastornos hipertensivos, deteriorando su salud, durante el conversatorio “Las emociones y el infarto agudo de miocardio”, organizado a por el MPS a través de su departamento de salud mental.
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Mito 2. Practico ejercicios y como saludable, imposible enfermarme del corazón
Verdad. Hacer ejercicios y llevar una dieta equilibrada reduce las posiblidades de sufrir enfermedades relacionadas con el corazón, pero no los elimina del todo. Existen factores genéticos y otros elementos, como el estrés crónico, colesterol alto u otros hábitos que pueden desencadenar enfermedades cardiovasculares.
Los especialistas de salud coinciden en que la mejor forma de contrarrestar los riesgo de salud cardíaca es a través de la precaución, con visitas médicas periódicas y verificando la presión arterial, especialmente si se tiene antecedentes familiares con este tipo de padecimientos.
Mito 3. ¿Colesterol alto? Aún no tengo por qué preocuparme
Verdad. Existen diferentes ideas erradas en torno al colesterol alto, una de ellas está relacionada con el peso. Sabemos que las personas con obesidad son más propensas a tener colesterol alto, pero esto no exime a las personas delgadas. El peso es solo uno de varios factores que pueden contribuir al aumento de los niveles de colesterol. Las causas pueden variar, y factores genéticos y dietéticos desempeñan un papel importante.
La AHA recomienda controlar el colesterol desde los 20 años de edad. Este consejo contradice otro mito común que sugiere que solo las personas mayores deben preocuparse por sus niveles de colesterol. La verdad es que el proceso de acumulación de placa en las arterias puede comenzar temprano en la vida, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas a largo plazo.
Es esencial reconocer que las enfermedades cardiovasculares representan una amenaza significativa para todos. La ciencia ha revelado estas verdades fundamentales, recordándonos la importancia de la prevención y el cuidado constante de nuestra salud cardíaca en todas las etapas de la vida.
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