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Fallece el artista Pablo Milanés a los 79 años

Madrid, España.- Pablo Milanés, una de las grandes voces cubanas de todos los tiempos, el creador de canciones de amor inolvidables como “Yolanda”, “Ámame como soy” o “El breve espacio en que no está”, que son ya himnos, murió en Madrid a los 79 años, después de agravarse su estado de salud debido a una enfermedad oncológica.

Informaciones ofrecidas por El País indican que desde hace unos años recibía tratamiento médico en España, donde residía con su familia. Milanés deja un notable legado de canciones formidables y cerca de 60 discos que lo sitúan entre los nombres indispensables y más universales de la música iberoamericana.

La belleza de su voz privilegiada y su don para la interpretación, que le permitía llegar a registros donde la mayoría no alcanzaba, unida a su forma poética de decir, de aparente sencillez, pero cargada de una profunda sensibilidad que tocaba el alma con independencia del motivo que lo inspirase, marcaron a generaciones de cubanos y latinoamericanos.

Su música tuvo también fuerte arraigo en España, donde era bien conocido, y hasta en el pueblo más recóndito donde se presentara, jóvenes, medios tiempos y mayores se sabían sus letras. Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute, Ana Belén o Víctor Manuel son algunos de los artistas españoles que grabaron sus canciones y colaboraron con él; en su continente, figuras como Chico Buarque, Gal Costa, Armando Manzanero, Mercedes Sosa, Fito Páez, o salseros como Andy Montañez o Gilberto Santa Rosa, entre muchos otros, estaban entre sus devotos e hicieron lo propio.

Composiciones de Pablo Milanés

Hablar solamente de sus composiciones políticas, o de las más poéticas, o de las más críticas en su desencanto, no es suficiente para comprender el verdadero significado y dimensión de Pablo, en quien era imposible separar al artista superdotado de la persona sensible, profundamente culta y cercana, que conectaba de inmediato con la gente y era capaz de mostrarse vulnerable ante el amor o de alzar su voz contra el racismo, la homofobia, el machismo o de enfrentar cualquier injusticia.

En la vida de Milanés hay muchos hitos. Sin duda, uno de los grandes fue su paso por el Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, bajo la dirección del maestro Leo Brouwer, al que pertenecieron también Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Eduardo Ramos, Sergio Vitier, Emiliano Salvador o Sara González, entre otros.

En tiempos de las dictaduras de Chile y Argentina, la Nueva Trova se convirtió en América Latina en el alma de la izquierda y del movimiento revolucionario, pero Pablo siempre compaginó ese compromiso cívico con las más hermosas canciones de amor y desamor, que son hoy, quizás, las más recordadas. A Pablo, que tanto aportó a aquel movimiento, no le tembló la voz para denunciar y criticar duramente al Gobierno de su país cuando consideró que era inadmisible lo que estaba sucediendo.

Músico, pero sobre todo cubano

Además de músico, Pablo Milanés era sobre todo cubano ciento por ciento y ciudadano, y sus posiciones comprometidas le conectaron todavía más con ese público que le adoraba y que para él era su razón de ser. Cuando en los días previos al agravamiento de su enfermedad, ortodoxos de aquí y de allá lo criticaron por “contrarrevolucionario”, los cubanos salieron en tromba a defenderlo: Pablo es Cuba, dijeron masivamente.

Milanés trasladó su residencia a España hace varios años para recibir tratamiento médico, aunque nunca olvidó a su gente y volvía siempre que podía a cantar y a ver a sus amigos. Llevaba un riñón trasplantado, que le donó su esposa, Nancy Pérez Rey, gallega y madre de sus dos últimos hijos, Pablito y una niña, llamada Rosa en homenaje a Rosa Parks, activista afroamericana y gran luchadora por los derechos civiles en EE UU.

Desde hacía varios días se romoraba la muerte del artista, pero su familia habia respondido que estaba estable dentro de su cuadro de gravedad.

Fuente: El País

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