El ciudadano estadounidense John Poulos admitió que él, probablemente y sin querer hacerlo, fue quien asesinó a su expareja, la reconocida DJ colombiana Valentina Trespalacios, a finales de enero de 2023 en Bogotá, Colombia.
Poulos confesó durante la audiencia del juicio oral que él, posiblemente, habría matado a la joven de 23 años al ahorcarla mientras sostenían relaciones sexuales con un elemento que ambos utilizaban para amarrarse el cuello durante la intimidad.
«Lo que creo que pasó, porque lo habíamos usado antes, en ese día varias veces, pero ya después estaba en un estado inducido por las drogas y el alcohol, no sé qué pasó, no sé si yo lo hice o si ella lo hizo, cuando yo desperté ella aún lo tenía en su cuello», comentó Poulos sobre el amarre que le habría causado la muerte a su expareja.
«Yo quedé destruido, yo a ella la amaba, había estado con ella nueve meses, había hablado con ella nueve meses todos los días. Imagínese matar a alguien a quien uno ama, la habitación me daba vueltas, había consumido muchas drogas, entonces era como si un cañón estuviera disparando», dijo.
El estadounidense también confesó que él cortó con un cuchillo y luego botó el elemento que le habría provocado la muerte a la joven.
En ese momento revisó su pulso y se dio cuenta que Trespalacios había fallecido.
El cuerpo de la colombiana
Poulos, quien está detenido en la cárcel La Picota desde febrero de 2023 y es procesado por los delitos de feminicidio agravado y ocultamiento de material probatorio, también confirmó que fue él mismo quien dejó el cadáver de Trespalacios dentro de una maleta que tiró a un contenedor de basura cerca del aeropuerto El Dorado el 22 de enero de 2023.
Trató de escapar
Según su versión, reseñada por el medio local Noticias Caracol, decidió escapar de Colombia porque temía que los amigos de Trespalacios lo mataran cuando se enteraran que la joven había fallecido.
«Sus amigos probablemente me iban a matar. Tomé una decisión horrible, traté de escapar y la metí en la maleta azul», dijo.
El estadounidense podría enfrentar una pena superior a los 50 años de prisión si resulta culpable por ambos delitos. Solo por el de feminicidio agravado podría pagar de 20 a 40 años de cárcel; mientras que por destrucción de pruebas el castigo sería de 4 a 12 años.
