Una maestra murió envenenada, mientras que resultaron intoxicados siete empleados, una profesora y la directora del liceo Marino Antonio Geraldo, del distrito municipal Tábara Abajo, en Azua.
El veneno fue colocado en la biblioteca del centro educativo supuestamente por la misma víctima, Guillermina Lemos. Esto, con la intención de eliminar las ratas que estaban «acabando» con los libros.
Luego del deceso de la docente resultaron envenenados otros empleados que penetraron a la biblioteca. Estos últimos fueron ingresados en un centro médico del municipio cabecera de Azua.