Internacionales

Transexualidad, camino de liberación que conduce a la muerte en Bolivia

Aruquipa consideró de que las transexuales fueron «la punta de lanza» de la reivindicación homosexual en Bolivia y que por ello el nominativo local es TLGBI, con la T por delante, y no el convencional LGBTI.

El Alto (Bolivia).- La lucha por la propia identidad sexual en Bolivia puede llegar al extremo de costar la vida, no sin antes atravesar por un difícil camino de discriminación que, en el caso de las mujeres transexuales, está marcado por la renuncia al propio hogar e incluso al suelo natal.

En ciudades como El Alto, vecina de La Paz, han calado hondo los asesinatos de Litzy en 2018 y Gabriela en 2020, ambas mujeres transgénero, con una historia parecida ya que las dos migraron del oriente al occidente del país donde creyeron que la discriminación podía ser menor.

Las investigaciones judiciales en ambos casos no han avanzado lo suficiente y se suman alrededor de una treintena de hechos fatales que según la Organización de Travestis, Transgéneros y Transexuales Femeninas de Bolivia (Otraf) se han cuantificado en la última década.

DOS TRANS EN UNA FAMILIA

«Empezamos desde niños, ya nosotras sabíamos que éramos gay (…) Entre ella y yo era un secreto y mientras iba pasando el tiempo se iba notando más», contó Davinia a Efe sobre la «transición» que afrontó con su hermana Litzy para convertirse en mujeres.

El juicio de su familia provocó que dejaran su casa a los 13 años de edad y casi de inmediato comenzaran su transformación dejándose crecer el pelo, luego vino la «hormonización» y más adelante los implantes mamarios, relató.

«Nunca más volvimos a estudiar», «desde temprana edad comenzamos a trabajar sexualmente», primero en Santa Cruz hasta tomar la decisión de alejarse completamente de su anterior vida para residir en El Alto, en el occidente del país, rememoró.

Davinia estaba con Litzy la noche en la que esta última fue asesinada en una discoteca con un destornillador que le atravesó el pecho tras una gresca con un grupo de hombres y mujeres que, según dijo, no dejaban de buscar pleito a causa de su identidad sexual.

La muerte de mi hermana fue «un golpe muy grande porque ella era todo para mi», señaló Davinia, quien en aquel momento también recibió varias puñaladas y salvó su vida de milagro.

LA MUERTE DE GABRIELA

La historia de Gabriela, de 19 años, se asemeja a la Litzy en que ella también dejó su hogar en Guayaramerín, en el noreste del país, para vivir en El Alto, donde convivió con Davinia que le ayudó a hacer la transición.

Ella la orientó con los consejos de maquillaje y la hormonización para casi de inmediato «empezar a trabajar» sexualmente a través de anuncios al extremo de que «los clientes la confundían» con una mujer, contó su excompañera.

Gabriela falleció una madrugada en un alojamiento con casi dos decenas de puñaladas que le proponó un cliente que, según contó Davinia, ya había salido varias veces con ella, al punto de que tenían fotos juntos.

La investigación del caso no prosperó, ya que el alojamiento no tenía cámaras de seguridad y nunca se supo la identidad del agresor que Gabriela había puesto en reserva durante aquel tiempo.

«Tengo miedo que me pueda pasar algo y que me puedan matar cruelmente como lo han hecho con Gabriela, como lo han hecho con mi hermana y que después no se haga justicia», admitió Davinia que trabaja de estilista pero que en ocasiones debe realizar trabajos sexuales para cubrir los gastos básicos de su sustento.

LA ESPIRAL DEL ODIO

«Mayormente, los que nos buscan a nosotras las trans son prácticamente gais, ellos viven frustrados, tienen su familia», respondió Davinia tras ser consultada sobre el patrón de los agresores.

Después del acto sexual, varios de los clientes que buscan a una transexual «se arrepienten» y «las miran con odio», pero un tiempo después «vuelven a buscarnos otra vez» y «pasa lo mismo», contó Davinia sobre aquella espiral que termina en fatalidad.

A juicio del presidente del colectivo TLGBI de Bolivia, David Aruquipa, las transexuales son el grupo de la comunidad gay con mayor adversidad en cuanto a aspectos como acceso al trabajo, educación y vida en condiciones de pobreza marcada por la migración y que «dan lecciones de vida y de lucha».

Aruquipa consideró de que las transexuales fueron «la punta de lanza» de la reivindicación homosexual en Bolivia y que por ello el nominativo local es TLGBI, con la T por delante, y no el convencional LGBTI.

Entre enero de 2020 y mayo de 2021 se han registrado unas 57 denuncias de la población TLGBI, la mayoría de ellas relacionadas con pedidos de igualdad y no discriminación, de garantías de debido proceso y acceso a la justicia, derecho a la integridad personal, la identidad y acceso a la salud, según datos de la Defensoría del Pueblo.

Recientemente el Servicio de Registro Cívico (Serecí) del país reconoció la unión civil de dos personas del mismo sexo, lo que constituye un hito en la conquista de derechos del colectivo ante los «grupos conservadores o antiderechos», dijo Aruquipa que junto a su pareja son los beneficiados por esa decisión.

Fuente: EFE

Más noticias