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Portugal elige presidente en medio del confinamiento por COVID-19

EFE/EPA/PAULO NOVAIS

Votar en un momento crítico

Lisboa.– «Gracias por estar aquí», dice Lourenço a la mesa electoral mientras introduce su voto en la urna. Es un mensaje tan inédito como las condiciones en las que elige presidente de la República, en medio de una pandemia que atenaza a los portugueses con récord de muertes y casos. Votar hoy exige sacudirse el miedo.

«Gracias a usted por participar», responde a Lourenço la vicepresidenta de la mesa electoral, Cristina Oliveira. Lleva una mascarilla de tela negra, algo que parece casi leve comparada con la indumentaria de los restantes cuatro compañeros de mesa, que llevan visera y mascarilla, o doble mascarilla -quirúrgica sobre una ffp2-.

«Dentro de las medidas que tenemos en este momento, creo que las cosas se concretaron de una forma que permite a todos votar con seguridad. Incluyéndonos a nosotros, que estamos en las mesas de votación y nos hicimos ayer test de COVID», cuenta Oliveira.

VOTAR EN UN MOMENTO CRÍTICO

«Las medidas que tenemos en este momento» es un eufemismo para referirse al confinamiento en el que se halla Portugal desde el pasado día 15, una medida que no se tomaba desde la primavera de 2020 y que se volvió inevitable ante el imparable avance de la tercera ola, que ha llevado al país al borde del colapso sanitario.

Con los hospitalizados sin dejar de crecer desde que arrancó 2021 y la variante británica haciendo estragos -tiene ya una prevalencia del 20 %- Portugal se ha convertido esta semana en líder mundial en muertes y contagios por millón de habitantes, según datos de la Universidad de Oxford.

Ya se ha superado la barrera de los 10.000 fallecidos desde que empezó la pandemia, y el país, que tiene diez millones de habitantes, encadena récord diarios de fallecidos desde el lunes (274 es el último pico). Además, este sábado, jornada de reflexión, superó la inédita barrera de 15.000 casos notificados en un día.

Es un contexto crítico, en el que la regla de «quedarse en casa» tiene un paréntesis hoy para ir a votar que han aceptado en las primeras horas de la jornada miles de portugueses, protagonistas de largas filas vistas por todo el país.

«NO SERÁ ESTA LA VEZ QUE ME QUEDE EN CASA»

«Siempre voté y no será esta la vez que me quede en casa. Cada vez es más importante votar», afirma tajante Eulália Frexes, que espera paciente su turno en una calle de Lisboa, en la que hay jóvenes, familias con niños y jubilados. Hasta medio centenar de lusos que charlan animadamente, como en cualquier cita electoral.

Freixes lleva máscara, gel y, tal como se ha recomendado, su propio bolígrafo de casa, donde nunca pensó en quedarse pese al empeoramiento de la pandemia: el presidente de Portugal, argumenta, es un cargo demasiado importante como para optar por la abstención, que según los peores pronósticos puede escalar hasta el 70 %.

Hasta el mediodía, sin embargo, las noticias eran positivas, con una afluencia era del 17 %, dos puntos más que lo registrado a la misma hora en las últimas presidenciales, realizadas en 2016.

«Estamos en un momento gravísimo de la pandemia pero se ha hecho todo para que la gente pueda ejercer su derecho de voto», ha dicho el primer ministro, el socialista António Costa, que hizo fila durante media hora para votar.

Costa señaló, además que, sean cuales sean los datos de participación, no quitarán «legitimidad» al vencedor.

DESINFECCIÓN Y DISTANCIA

Cuando Frexes entra a votar, Clara se tensa. Ataviada con visera, mascarilla y un chaleco que informa de que es parte del equipo de la mesa electoral, su misión hoy es entrar en la solitaria cabina de votación cada vez que sale un elector para limpiarla con desinfectante. «Sin una sola excepción», advierte.

La limpieza es una de las medidas clave de esta jornada electoral, junto a la distancia de al menos un metro, que se indica con enormes pegatinas en el suelo de los colegios electorales, pero también en la calle en la que se forma la fila.

«Votar es seguro» ha sido el mensaje clave de las autoridades para estos comicios, en aras de trasladar un mensaje de tranquilidad para un país en el que la edad media supera los 47 años, y donde un 20 % de la población forma parte de la tercera edad.

«Creo que está yendo todo muy bien, las medidas de seguridad se están cumpliendo completamente», cuenta satisfecha a la salida del colegio Isabel Ramos, jubilada lisboeta que no se ha perdido nunca unas elecciones.

Electores convencidos como ella nutren las filas para votar durante la mañana. La duda es si la tendencia se mantendrá hasta que las urnas cierren o si por el contrario la covid disparará el miedo y la abstención, clave para determinar si será necesario celebrar una segunda vuelta.

Fuente: EFE

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