Resto del Mundo

Gritos desgarradores resuenan en hospitales saturados tras el sismo de Haití

Gritos desgarradores resuenan en hospitales tras el sismo de Haití
Gritos desgarradores resuenan en hospitales tras el sismo de Haití

Los llantos descontrolados se deben, precisamente, a la muerte de un familiar que recibía atención en estas instalaciones

Los gritos desgarradores de dos mujeres resonaban este miércoles en la entrada al Hospital General de Les Cayes, en el sur de Haití, saturado de personas heridas en el terremoto del pasado sábado, que también ha llevado a las funerarias de la ciudad al límite.

El terremoto de 7,2 grados registrado el sábado sigue cobrando víctimas mortales, cerca de 2.000, además de causar 10.000 heridos, aunque se espera que el balance continúe en aumento.

Los llantos descontrolados se deben, precisamente, a la muerte de un familiar que recibía atención en estas instalaciones, donde la estampa es dantesca y su atmósfera, asfixiante.

Camas con pacientes agonizando, heridos tumbados en colchonetas tiradas por el suelo, intensos lamentos de dolor, llegada de nuevos afectados, trasiego de personal médico que no tiene un minuto de respiro entre paciente y paciente.

Aún así, el doctor Boris Bechler, pediatra, dijo en declaraciones a Efe que empiezan a tener la situación «bajo control» en comparación a cómo estaba el sábado y el domingo, cuando la avalancha de afectados los desbordó por falta de personal, aunque después llegaron médicos para reforzar el servicio.

En las últimas horas están recibiendo, sobre todo, a personas con infecciones, muchos de ellos «procedentes de zonas remotas que no han podido beneficiarse de ningún tipo de atención como lavado y vendaje. Cuando llegan al hospital sus heridas están totalmente infectadas», explicó el médico.

Para seguir afrontando la situación, el hospital necesita urgentemente asépticos, analgésicos, hierro, materiales para hacer yesos, así como yodo, peróxido de hidrógeno, heparinas y fraxiparina, principalmente.

Entre los afectados hay muchos niños, acompañados de sus padres que, como si siguieran una coreografía, agitan con casi idéntica cadencia alguna prenda sobre las caras de los pequeños para aliviarlos mínimamente del calor que hace dentro del recinto.

Del exterior ya ha desaparecido el campamento que se improvisó el sábado tras el terremoto, a pesar de que las réplicas persisten, la última registrada este mismo miércoles cerca de la una de la tarde, a 38 kilómetros de Nippes, con una intensidad de 4,9 grados.

Fuente: EFE

Más contenido por Redacción CDN

Más noticias