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Escándalo de vacunas a figuras influyentes le cuesta el cargo al ministro de Salud de Argentina

El presidente, Alberto Fernández, decidio pedir al ministro que dé un paso al costado

“Ayer me vacuné”. Con estas palabras comenzó el mayor escándalo hasta la fecha por el plan de vacunación contra la COVID-19 en Argentina: en la sede del Ministerio de Salud de Argentina funcionaba un vacunatorio VIP donde se inoculaba a privilegiados con buenos contactos. Lo ha revelado uno de ellos, el veterano periodista Horacio Verbitsky.

En una entrevista, Verbitsky relató que llamó a su “viejo amigo” y hasta hoy ministro de Salud, Ginés González García, para saber dónde podía vacunarse. Después de que este le derivase a un hospital público, un secretario del ministro lo llamó para citarlo en el Ministerio.

Allí recibió el jueves la primera dosis de la Sputnik V. Tampoco esperaron a que llegase su turno legisladores, sindicalistas y otras personas cercanas al poder. La confesión ha desencadenado una oleada de repudio que ha forzado la renuncia de González García.

A media tarde del viernes, el presidente, Alberto Fernández, ha decidido pedir al ministro que dé un paso al costado. El anuncio oficial se ha demorado durante horas. “Señor presidente de la Nación Argentina: por la presente y respondiendo a su expreso pedido, le presento mi renuncia”, ha declarado González García en una carta pública.

El hasta hoy titular de la cartera sanitaria ha atribuido a “una confusión involuntaria” de su secretaría privada la citación de personas en el Ministerio para recibir la Sputnik V. Aun así, ha asumido su responsabilidad “por la equivocación”. Lo reemplazará la actual secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, una de las caras más visibles en la estrategia oficial contra el coronavirus, ha confirmado la agencia Télam.

El relato de Verbitsky se ha viralizado con rapidez en medios y redes sociales, acompañado de duras condenas y peticiones de renuncia contra el ministro. “Llamé a mi viejo amigo Ginés González García, a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro, y me dijo que tenía que ir al hospital Posadas”, ha dicho el periodista, de 79 años, a El Destape Radio. “Cuando estaba por ir, recibí un mensaje de su secretario, que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio, y que fuera al Ministerio a darme la vacuna”, ha continuado.

La oposición ha calificado de “vergüenza nacional” lo ocurrido. “Las vacunas se compran con el esfuerzo de todos los argentinos que pagan sus impuestos y el Ministro de Salud las reparte como si fueran de su propiedad. Es una vergüenza nacional que las vacunas sean para los amigos del poder como Verbistky. Esto merece una sanción YA”, ha tuiteado Patricia Bullrich, presidenta del Pro, el partido del expresidente Mauricio Macri. El diputado Waldo Wolf ha convocado a un cacerolazo para el domingo para expresar la indignación “por los poderosos y sus amigos a quienes no les importa la salud de los argentinos más vulnerables”.

La confesión de Verbitsky ha tenido también otras repercusiones en el Gobierno. El diputado oficialista Eduardo Valdés, muy cercano a Fernández, y el senador Jorge Taiana no acompañarán al presidente en su viaje oficial a México al ser parte de la lista de quienes se vacunaron por fuera de los protocolos establecidos. “Nunca le sacaría la vacuna a nadie, todo lo que hice fue porque viajaba a la ciudad de México y pensé que tenía que llegar vacunado”, ha dicho Valdés en declaraciones radiales. El diputado ha contado que también fue inoculado en el Ministerio de Salud.

El periodista ha sido cesado de la radio y ha sido criticado también por los trabajadores del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el organismo de derechos humanos que encabeza. “Recibimos la noticia de que el presidente de nuestra organización fue vacunado por fuera del sistema establecido, a través de una cadena de favores y a título personal, mientras estábamos intentando, como todo el mundo, conseguir un turno para las personas mayores de nuestras familias”, han comunicado los trabajadores del CELS. El plan de vacunación en Argentina avanza más lento de lo previsto por el retraso en la llegada de las dosis acordadas. En la ciudad de Buenos Aires, el sistema puesto en marcha este viernes para solicitar turnos para mayores de 70 años se ha colapsado por la demanda.

El escándalo en el Ministerio de Salud de Argentina ha estallado días después del ‘vacunagate’ peruano, una crisis institucional motivada al conocerse que más de 400 políticos, entre ellos el expresidente Martín Vizcarra, se inocularon contra la covid-19 antes que trabajadores sanitarios. En Chile, su exitosa campaña de vacunación también se ha visto empañada por irregularidades. Unas 37.000 personas recibieron dosis antes de tiempo, al ser menores de 60 años y sin enfermedades crónicas.

En Argentina ya había trascendido en los últimos días que alcaldes, legisladores y militantes políticos habían recibido la vacuna en distintas provincias del país a pesar de no formar parte de los grupos prioritarios. Hasta la fecha, más de dos millones de personas se han contagiado de COVID-19 en Argentina y 50.857 han muerto.

Fuente: ElPaís

 

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