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Dueño de bodega donde mataron a Junior asegura que llamó al 911

Los comunitarios escucharon sus alegaciones

NUEVA YORK.- Llorando, el bodeguero dominicano Modesto Cruz, dueño de la bodega “Cruz and Chucky” en El Bronx, donde pandilleros de Los Trinitarios asesinaron brutalmente al estudiante dominicano Lesandro Guzmán Feliz (Junior) de 15 años de edad, negó en una conferencia de prensa el viernes que no socorriera al joven y presentó un video en el que asegura, se le ve ayudándolo a meterse debajo del mostrador y que llamó dos veces al 911, sin recibir respuesta.

Cruz, habló en el local de la Asociación de Bodegueros de Estados Unidos (ASOBEU), junto a su abogado, pero de inmediato, los comunitarios escucharon sus alegaciones, volvieron a acusarlo de no haber hecho nada para salvar a Junior y le recomendaron que se olvide del negocio y no vuelva por el vecindario Belmont, donde está situada la bodega.

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Dijo que a las 11:37 de la noche, los pandilleros sacaron a Junior de su bodega, él llamó al 911 a las 11:39.

“Duré unos cuatro minutos hablando con ellos, pero después que pasó ese tiempo, que para mí fueron horas, a las 11:46 volví a llamar, porque no hubo respuesta, pero el auxilio no llegaba”, relató visiblemente nervioso, emocional y lloroso en todo el transcurso de su aparición ante los medios.

Algunos residentes de la comunidad enfrentaron e insultaron al abogado de Cruz, cuando lo vieron en los alrededores del establecimiento, donde permanece un altar que crece cada día y ya se calculan más de mil velas, velones y mensajes escritos.

La policía dijo en los primeros días, que no se registró ninguna llamada al 911 en relación al sangriento incidente.

Además del repudio, miles de  firmas se han acumulado en línea en las que se pide el cierre permanente de la bodega, a lo que se han sumado tres concejales que representan los distritos enmarcados en el territorio del asesinato.

“A Junior, lo conocía desde niño y conozco a su madre y a toda su familia. Yo y mi familia tampoco hemos podido comer ni dormir tranquilos por la tragedia, sé cómo se siente su mamá y quiero pedirle disculpas”, le dijo a la señora Leandra Feliz, madre del estudiante asesinado.

Ella respondió que ahora, no hay disculpas que valgan, porque cuando se debió hacer algo para salvar a su hijo, nadie hizo nada y está enterrado.

“Me mataron a mi también, nos mataron a todos”, dijo la señora Feliz.

El bodeguero relató que cuando Junior llegó de sorpresa para meterse debajo del mostrador, se sorprendió, pero admitió que el muchacho le dijo que lo estaban siguiendo.

“Los matadores me miraron fijamente y me amenazaron advirtiéndome que no me metiera. ¿Qué hubieran hecho otros en esa situación?”, dijo el comerciante.

“Se lo he dado todo por décadas a esa comunidad donde tengo la bodega, y entiendo que me rechacen y que me repudien, pero la verdad es que traté de ayudarlo, nunca le di la espalda”, añadió Cruz.

Por su parte, el presidente de ASOBEU dijo que a cualquier comerciante le puede pasar lo mismo en Nueva York y cualquier otro país del mundo.

Señaló que la asociación esté proveyendo ayuda legal y asesorando al bodeguero en cómo enfrentar la difícil situación que está atravesando.

Por Miguel Cruz Tejada

Más contenido por Redacción CDN

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