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COVID-19 avanza en América entre alarmante alza de casos y conflicto entre EEUU y China

El coronavirus avanza a pasos de gigante en América, que suma ya 2.949.455 infectados y 165.311 muertos, con una preocupante agilidad en el sur y centro del continente, y mientras los Gobiernos de Estados Unidos y China prohíben los vuelos entre sus territorios y alzan para ello la bandera de la pandemia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaró este miércoles preocupada por Suramérica y Centroamérica, en donde el ritmo de aumento diario de los casos confirmados de COVID-19 acelera.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó al respecto que «desde hace algunas semanas el número de casos diarios que se registran en el continente americano es más alto que en el resto del mundo», especialmente frente a Europa, en donde este martes se reportó la cifra más baja de contagiados desde el 22 de marzo.

Mientras los países pequeños de la región y el Caribe han logrado contener el virus, con excepción de Haití, para el organismo internacional es «inquietante» la intensidad de transmisión en Brasil, que tiene más de 555.000 casos y 31.199 muertes, y Perú, que alcanza 175.000 enfermos y 4.767 decesos.

«Hay que lograr que la gente se sienta y actúe de manera comprometida, educar seriamente, transmitir mensajes claros y dejar que la ciencia guíe las decisiones», recalcó el experto.

PELEA DE ALTO VUELO

Mientras hoy muchos lloran los muertos que ha dejado el coronavirus en América, las Administraciones de Estados Unidos y China se han trenzado en una pelea económica con la enfermedad como caballo de batalla.

El Departamento de Transporte de EE.UU. indicó que «en respuesta al fracaso del Gobierno de la República Popular de China para permitir a aerolíneas estadounidenses ejercer plenamente su derecho bilateral a llevar a cabo vuelos de pasajeros programados a y desde China, suspende las operaciones programadas de todas las aerolíneas chinas».

La medida, que se aplicará a partir del próximo 16 de junio, es una respuesta a la que tomó en marzo pasado el Gobierno chino de reducir los vuelos extranjeros a uno a la semana por nación para frenar la expansión del coronavirus.

A pesar de lo anterior, en Estados Unidos la pandemia sigue en ascenso y lo convierte en el país con más afectados, con 1,83 millones de casos y más de 106.000 muertes.

Por esta razón, tanto autoridades como ciudadanos están preocupados por el posible aumento en el número de contagiados a raíz de las multitudinarias protestas que se llevan a cabo en diferentes estados tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía, ya que ayer se registraron 3.144 nuevos casos y 1.177 fallecimientos.

SIGUE EL VIRUS DEL HAMBRE

A pesar de que el COVID-19 sigue imparable en el continente, esta semana varios países comenzaron una reapertura económica gradual en parte para frenar el otro virus que los afecta dramáticamente: La pobreza.

En Bogotá (Colombia), la Alcaldía aumentó los controles sanitarios y la entrega de 3.253 mercados en la populosa localidad de Kennedy, que concentra el 25 % de los contagiados de la capital colombiana, en donde hoy se cuentan 10.743 de los 31.833 casos del país.

Algo parecido sucede en Nicaragua, en donde la Unión Europea anunció que destinará 2,1 millones de dólares para ayudar a 111.535 pobres a enfrentar la pandemia durante los próximos 18 meses.

No son ajenos al hambre en Perú, en donde el analista José de Echave dijo que el país está «colapsado» y con «una crisis social y económica» similar a la que se vivió tras la Guerra del Pacífico contra Chile (1879-1883).

Tampoco en Ecuador, que tiene 3.486 fallecidos oficiales y 2.221 probables, además de 40.966 casos positivos y cuya capital, Quito, comenzó una nueva etapa de desescalada con la reanudación del transporte público, un horario ampliado de toque de queda y mayor actividad comercial y laboral.

A pesar de la necesidad de la gente de salir a la calle para trabajar y del anuncio del inicio de la «nueva normalidad» con la reapertura de varios sectores, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llamó a la población a quedarse en casa porque el COVID-19 sigue avanzando y deja hasta ahora 97.325 contagiados y 10.637 muertos en el país azteca.

Lo mismo pasó hoy en Chile, que tuvo un nuevo récord de cifras de fallecimientos diarios vinculados al virus, al llegar a 87 y elevar el total de fallecidos a 1.275, y en Costa Rica, que reportó 52 casos nuevos de la enfermedad que padecen 1.157 personas, de las cuales 10 han fallecido.

También hay alarma en Paraguay, en donde se dieron a conocer ocho nuevos casos sin trazabilidad de un total 57 contagios, lo que refuerza el temor de un desborde de la hasta ahora controlada transmisión comunitaria de la pandemia que ha alcanzado a 1.070 personas.

Precisamente, ante el oscuro panorama para los más vulnerables, el secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó a los Gobiernos apoyo a los refugiados, desplazados y migrantes ante la crisis generada por el COVID-19.

De esta problemática sí que sabe Suramérica, toda vez que de Venezuela han huido de la crisis política, económica y social más de cuatro millones de personas que se han asentado en la región, principalmente en Colombia.

Este, que es considerado el éxodo más grande en la historia reciente de América del Sur, ha agudizado aún más las dificultades que ya enfrentaban los Gobiernos para atender en salud y alimentación a sus ciudadanos.

Por ello, la ONU celebró hoy el acuerdo alcanzado entre el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro y la oposición, en cabeza de Juan Guaidó, sobre la gestión de las ayudas para responder al COVID-19 y confió en que pueda servir de base para otros consensos.

Además, el organismo internacional llamó junto a la Cruz Roja a los Gobiernos y al sector privado a unirse para ofrecer una «vacuna popular» a la que tengan acceso todos los ciudadanos del mundo y, en especial, los más vulnerables.

Fuente: EFE

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