Sus cinco oros la dejan a un título del plusmarquista universal
Simone Biles llegó al deporte con la misión de reinventar la gimnasia. Mientras cumple este objetivo, y sin síntomas de que se agote su progresión, este jueves se proclamó en Stuttgart (Alemania) campeona mundial por quinta vez.
Sus cinco oros la dejan a un título del plusmarquista universal en esta faceta, el japonés Kohei Uchimura, que tiene seis.
La serie triunfal de Biles empezó en 2013 en Amberes, a donde llegó con 16 años y un currículum exiguo (campeona mundial júnior de salto) que no permitiría adivinar lo que se avecinaba.
En la ciudad belga se impuso a la gimnasta que llegaba como líder del equipo estadounidense, Kyla Ross, y a la campeona mundial de 2010, Aliya Mustafina, un portento de la escuela rusa y una de las mejores de la historia en las barras asimétricas.
Biles sumó en Amberes tres medallas más, oro en suelo, plata en salto y bronce en barra.
El mundo comenzó a conocer su triste historia personal, la de una niña criada en una familia desestructurada, adoptada por su abuelo y la mujer de este debido a las adicciones de su madre. La historia de una adolescente que a los 15 años había abandonado la escuela pública y continuado en casa sus estudios para dedicar más tiempo a la gimnasia.
En esos mismos mundiales de 2013 Uchimura se transformó en leyenda al ganar su cuarto título mundial consecutivo, a los que luego añadiría dos más. Ningún otro hombre tiene más de dos.
Fuente: EFE