Atléticos de Oakland vivió por siete años, la gran velocidad de Rickey Henderson, quien estafó 1.406 bases durante su carrera en el beisbol de las Grandes Ligas, la mayoria de ellas con el uniforme de los «Elefantes Blancos».
Ahora, 25 años después, el equipo californiano ha comenzado a vivir una especie de Deja Vu debido a la presencia del dominicano Esteury Ruiz, quien de alguna u otra forma, se adueña de la atención de su organización y fanáticos.
Ruiz, quien está cumpliendo con su primera campaña completa en Las Mayores, solamente necesitó dos meses de temporada para lograr que lo compararan con uno de los mejores jugadores que ha pasado por la historia de este deporte.
El de Azua, hasta ahora es el mejor estafador de bases de todo el beisbol de las Grandes Ligas con 27, teniendo un ritmo arrollador que le permite obtener una proyección superior a las 60 bases robadas en el actual certamen.
Si esto se cumple, el nacido en la Provincia de Azua, estará superando a algunos jugadores que han tenido grandes cifras en las últimas campañas. En primeria instancia, Dee Gordon logró 64, 58 y 60 en tres campañas seguidas.
Por otra parte, Ruiz también estará emulando a su compatriota José Reyes, quien desde el 2005 al 2007 sumó 60,64 y 78 bases robadas durante este tramo. De esta manera, el joven jugador va encaminado a hacer grandes cosas.
El objetivo de Esteury Ruiz
Más allá de nombrar a grandes jugadores y muy rápidos, Esteury Ruiz también quiere acercase al Rickey Henderson, quien de alguna u otra forma, es el rey de este departamento. Sin olvidar que, si se cumplen las proyeccciones, el dominicano pudiera darse el tupé de ser uno de los pocos jugadores que superan las 60 estafadas en una zafra con el uniforme de Oakland.
Por último, el número de bases robas del dominicano, no es lo único atractivo, sino que también es como está consiguiend llegar a las bases. Con tan solo 10 boletos, 12 pelotazos, Ruiz podría convertirse en el primer jugador en la era de la Pelota Viva en pelear por el reinado de este renglón, después de haber recibido más pelotazos que boletos.
