Santo Domingo, RD.- El basquetbolista Michael Jordan es, probablemente, el mejor jugador de básquet de toda la historia. Más que un jugador logró convertirse en una marca de renombre a nivel mundial, gracias al cambio que generó en el baloncesto.
Jordan fue clave por sus récords, su legado, su elegancia y por el lugar en el que puso a la National Basketball Association (NBA). A lo largo de su carrera, ha hecho jugadas únicas e irrepetibles, tuvo rivalidades que quedaron en los libros y construyó una de las mejores dinastías de la historia: la de los Chicago Bulls de Jordan.
El arribo de Jordan a la NBA
MJ arribó a la NBA en el Draft de 1984. Proveniente de la Universidad de North Carolina fue elegido por los Chicago Bulls en la posición número 3. Llegó por detrás de Hakeem Olajuwon, drafteado por los Houston Rockets, y Sam Bowie, seleccionado por los Portland Trail Blazers.
Su primera temporada en la liga fue la de 1984-1985 y, desde el inicio, se convirtió en la figura de unos Bulls, por los que nadie apostaba nada. Jordan fue el novato del año, llevó a Chicago a playoff y se convirtió en el primer rookie en la historia de la NBA en liderar a su equipo en cuatro apartados estadísticos: puntos, asistencias, rebotes y robos.
A lo largo de su carrera, jugó 13 temporadas en los Bulls (en la 1994/1995 disputó apenas 17 partidos luego de retornar tras un retiro temporal). En esas 13 temporadas clasificó siempre a playoff y conquistó seis anillos en la franquicia de Chicago junto a Phill Jackson, Scottie Pippen y Denis Rodman (en los últimos tres campeonatos). Luego de su histórico paso por los Bulls, disputó dos temporadas en los Washington Wizards, tras otro retiro temporal. En total, Michael Jordan estuvo presente en 15 temporadas de la mejor liga de básquet del mundo.
