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Cautiva al mundo atleta paralímpico que juega tenis de mesa sin brazos

Cautiva al mundo atleta paralímpico que juega tenis de mesa sin brazos

Ibrahim Hamadtou es una de las sensaciones de los Juegos Paralímpicos de Río: este egipcio de 43 años, que perdió los brazos en un accidente cuando era niño, juega tenis de mesa con la destreza de un campeón, asiendo la raqueta con los dientes.

En Río abundan las historias de mujeres y hombres para quienes sus minusvalías fueron acicates de superación y que llegaron a máximos niveles de rendimiento deportivo. Y Hamadtou es uno de sus mejores ejemplos.

Pese a que fue derrotado en su debut paralímpico por el británico David Wetherill, número 4 de la categoría, y este viernes por el alemán Thomas Rau, el atleta de 43 años no deja que le arrebaten la satisfacción de haber llegado a los Juegos de Río.

“Estoy feliz de haber venido desde Egipto, de estar aquí en los Paralímpicos y de haber jugado contra un campeón”, dijo tras el partido contra Wetherill, quien tiene ambos brazos pero se ayuda con una muleta para caminar.

“No logro expresar lo que está sintiendo mi corazón, estoy demasiado feliz”.

Pie ágil, cuello fuerte

Originario de la ciudad portuaria de Damietta, Hamadtou tenía apenas 10 años cuando sufrió un accidente de tren y, tras perder los dos brazos, tuvo una difícil recuperación emocional.

“Después del accidente, se encerró en casa durante tres años. No quería salir”, contó a la AFP Hossameldin Elshoubry, su entrenador en las últimas dos décadas.

Un amigo de la familia quiso sacarlo de su depresión a través del deporte, pero… ¿Qué deporte?

En un país apasionado por el fútbol y con dos piernas habilidosas, la respuesta parecía obvia. “Pero el fútbol no funcionó”, relata Hamadtou.

Como explica su entrenador, “era muy peligroso. Cuando no tienes brazos, si te caes, no tienes cómo protegerte”.

Entonces optó por el tenis de mesa, una alternativa más leve, pero que exige gran velocidad.

Su primer intento de tomar la raqueta con su axila “tampoco funcionó”, afirma sonriente Hamadtou.

El siguiente paso fue agarrarla con la boca. Aunque jugar al tenis de mesa de esa forma es una verdadera odisea, Hamadtou supo sortearla con ingenio.

Para realizar los saques, juega con su pie derecho descalzo y con los dedos del pie levanta en el aire la pequeña bola hasta posicionarla perfectamente a la altura de su rostro. A continuación usa toda la fuerza de su cuello para dar el raquetazo, un movimiento en el que su cabeza actúa como un brazo y su boca como una mano.

“Me llevó tres años aprenderlo”, admite Hamadtou.

“Después que lo hizo, su vida cambió. Quiso volver a la escuela”, cuenta su entrenador Elshoubry

Su destreza le ha convertido en una estrella de Youtube, con el video “Impossible is Nothing” que ha sido visualizado 2,3 millones de veces.

A sus 26 años, Wetherill es famoso en el mundo Paralímpico y más allá. En los Juegos de Londres 2012 protagonizó una jugada increíble: devolvió exitosamente un tiro saltando de punta a punta de la mesa, dejando caer su muleta y arrastrándose en el suelo tras el impulso.

El video de su tiro ganador se volvió una sensación en YouTube.

Pero la estrella británica dijo que aún después de haberlo vencido, se sintió opacado por el egipcio.

“Es una leyenda del tenis de mesa”, afirmó.

“Me estaba sintiendo presionado, un poco nervioso. Luego, cuando ves personas como Ibrahim, ya no puedes sentirte nervioso: él coloca las cosas en perspectiva, con las cosas que puede hacer”.

El principal problema para Hamadtou es que entre sus competidores, él es el único que juega de esa forma, y cualquier oponente que tenga al menos un brazo le deja en desventaja.

“Es el único atleta que usa su boca”, afirma su entrenador. “No hay nadie más. Si hubiese cinco, seis, siete jugadores que también usaran su boca, formaríamos una nueva categoría”.

Nuevos jugadores como él, eventualmente, podrían surgir.

En su Egipto natal, Hamadtou está entrenado dos niños de 10 y 12 años, que tampoco tienen brazos.

“Quiere enseñarle a esos chicos las habilidades que nadie pudo darle cuando él era niño”, cuenta Elshoubry.

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