Los Boston Celtics, con una tremenda actuación en equipo, liderada por Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Smart, levantaron la voz en su casa, el TD Garden, y superaron 116-100 a los Golden State Warriors en el tercer partido de las finales de la NBA para tomar ventaja 2-1.
El equipo de Ime Udoka, que había pagado los 18 balones perdidos con una dura derrota en el segundo partido, los limitó a doce en el Garden; Al Horford y Robert Williams dominaron en la pintura y ayudaron a que los Celtics capturaran 58 rebotes, dejando solo 38 a sus rivales.
Brown anotó 27 puntos, 17 de ellos en el primer cuarto, con nueve rebotes y seis asistencias; Jayson Tatum aportó 26 puntos, con seis rebotes y nueve asistencias, mientras que Smart acabó con 24 puntos, siete rebotes y cinco asistencias.
En el triunfo pesó la aportación de carácter de Horford, explicada por sus once puntos, ocho rebotes y seis asistencias; así como la de Robert Williams, que recogió diez rebotes y ‘limpió’ la pintura con cuatro taponazos.
Puedes leer:
A los Warriors no les bastaron los 31 puntos de Steph Curry, con seis triples, ni los 25 y cinco triples de Klay Thompson, que incrementó notablemente sus porcentajes en tiros, sin premio para el equipo de Steve Kerr.
Andrew Wiggins aportó 18 puntos y siete rebotes mientras que Draymond Green no consiguió ser decisivo y solo acabó con dos puntos, cuatro rebotes y tres asistencias; terminando su partido por seis faltas a cuatro minutos del final.
El poderío en la pintura, con 24 rebotes a 14, de los cuales ocho a cuatro ofensivos; premiaba a los de Udoka, que rozaron el 60 % en tiros al ecuador del choque y que lucían 68 puntos al descanso.
Fuente: EFE