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El cansancio está afectando al personal médico hondureño en la pandemia de COVID-19

Tegucigalpa.- El personal sanitario al frente de la pandemia de la COVID-19 en Honduras, que lleva cuatro meses, está sufriendo cansancio emocional y otras dificultades que repercuten en su desempeño diario, algo similar al síndrome de «Burnout», que se manifiesta con el desgaste psicológico y físico, por exceso de trabajo.

Así lo dijo en entrevista con Efe en Tegucigalpa el científico hondureño Marco Tulio Medina, quien explicó que el síndrome de «Burnout» se refiere «al desgaste psicofísico, por exceso de trabajo, que puede presentar un grupo de salud sometido a una situación de estrés laboral y afinidad en el área de la salud, particularmente, aunque también se observa en otras áreas».

Medina recordó que hace unos nueve años fue parte de un equipo de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que identificó un problema que estaba afectando a jóvenes que eran estudiantes de último año -séptimo- de medicina, o residentes, es decir, formándose en especialidades.

«Me refiero al síndrome de Burnout», indicó el científico, quien además recordó que parte de ese equipo de investigación de la UNAH también lo integró el reconocido psiquiatra hondureño Américo Reyes, quien en abril falleció en Estados Unidos a causa de la COVID-19.

EL SÍNDROME PUEDE LLEVAR A ACCIDENTES

En aquella investigación, señaló Medina, se pudo identificar que «arriba del 80 % tenía estas manifestaciones, en las que la persona empieza a mostrar signos claros de alteración sicológica, de concentración, de toma de decisión, además de un desencanto por el trabajo, y la energía se pierde».

También «pueden ocurrir varios síntomas adicionales como una actitud no apropiada en el caso del grupo de salud».

El síndrome también «puede llevar a tener accidentes, a cometer errores médicos graves, incluso a presentar una toma de decisión inapropiada o retardada», recalcó el profesional.

Añadió que el síndrome afecta tanto a la persona que trabaja en el área de salud, que pueden ser médicos, enfermeras, técnicos y todo el grupo sanitario, como a los pacientes que están atendiendo.

El estudio de hace nueve años, según Medina, llevó a determinar que había que tomar medidas para controlar el exceso de trabajo, permitiendo a las personas, por ejemplo en una guardia, no excederse en la cantidad de tiempo, y tener una rotación «para que pudiera, como decimos, recargar sus energías».

LA SITUACIÓN ES DIFERENTE CON LA PANDEMIA

Ahora, con la pandemia de la COVID-19, con un confinamiento que mucha gente no ha cumplido, la situación es diferente y preocupante, indicó el científico.

«Estamos ante una pandemia en la que particularmente en nuestro país se ha saturado el sistema de salud, y en el que, la cantidad de pacientes y el estrés asociado está generando entre nuestros médicos, enfermeras y el grupo de salud, las mismas manifestaciones que habíamos identificado hace algunos años», agregó.

La situación ha empeorado, incluso se han hecho entrevistas con especialistas en el área de cuidados intensivos, entre los que «empiezan a manifestarse claros síntomas de este problema médico».

«Este problema está siendo recibido como una situación realmente grave entre el personal de salud, que afecta a la misma persona, pero que tiene el riesgo de provocar también problemas en las personas que están siendo atendidas», recalcó Medina.

En Honduras, por lo general, los estudiantes de séptimo año de medicina son sometidos a extenuantes jornadas de trabajo, en ocasiones hasta de 36 horas.

Durante la actual crisis sanitaria, los internos de último año de medicina no están siendo incluidos en el abordaje de la pandemia de COVID-19, porque todavía requieren de una supervisión.

SÍNDROME GENERA MUCHOS TRASTORNOS

Medina explicó que ahora el síndrome de «Burnout» se está viendo en los jóvenes que están en los postgrados y los médicos y enfermeras que atienden la pandemia.

«Ahora ya no sólo son los jóvenes internos que tenían el problema grave, sino que ahora es un grupo de la salud, donde están involucrados especialistas de alto desempeño, me refiero a intensivistas, internistas, enfermeras y jóvenes que están realizando sus especialidades», subrayó.

Entre otros problemas, el síndrome genera depresión, trastorno depresivo, ansiedad y muchas manifestaciones psicosomáticas, falta de concentración, problemas de memoria, puede provocar alteraciones del sueño, generar otro tipo de complicaciones, incluyendo la ingesta alcohólica, después de un evento, o el uso de ansiolíticos.

También puede generar «lo que llamamos el síndrome de estrés postraumático», como cuando la persona, por ejemplo, está sometida a intensivas horas de trabajo, dijo Medina.

Además de presentar el síndrome de «Burnout», la persona puede ser afectada por el síndrome postraumático, como cuando el personal médico enfrenta la angustia de ver morir a los pacientes, sin tener la posibilidad de apoyarlos porque los recursos son limitados.

«Es una situación sicológica que la han enfrentado otros médicos alrededor del mundo, los mismos médicos italianos, empezaron a tener muchas de estas manifestaciones, pero en el caso de Honduras igual, hay una situación también de frustración, por no poder ayudar. Luego hay que agregar el temor de contraer la enfermedad», acotó Medina.

Según fuentes médicas, durante la pandemia han fallecido más de 20 galenos que contrajeron la enfermedad, a los que se suman varias enfermeras y otro personal sanitario.

APOYO A VARIOS NIVELES

Para superar la situación que viven los médicos por las extensas jornadas atendiendo la emergencia por la COVID-19, Medina indicó que se requiere de apoyo a varios niveles, con sicólogos y psiquiatras,

«Si una persona está a punto de tener un colapso, tiene que ser manejada inmediatamente. Ha ocurrido también, y esto hay que resaltarlo, que el riesgo suicida puede ser otro problema asociado», señaló el científico.

Dijo además que en el pasado reciente han tenido médicos y enfermeras que cometieron suicidio porque entraron en un cuadro depresivo importante, y eso es un riesgo en estas circunstancias.

Si el personal sanitario está afectado, «hay que darle el espacio para recuperarse y darle el tratamiento correspondiente si es necesario; por ejemplo, en el caso antidepresivo, ansiolíticos, el reposo, pero hay que prevenir».

La manera de prevenir es identificar rápidamente cuando se empiezan a presentar síntomas en el grupo de salud y hacer recambios, permitiendo que las cargas se puedan llevar de una manera equitativa y apoyar a las personas que tienen más riesgos, que son las que han tenido ya algunas manifestaciones depresivas o ansiosas.

«La depresión y ansiedad es una condición subyacente en la población hondureña y mundial, estas personas deben ser más cuidadosamente manejadas, no exponiéndolas en forma excesiva a una situación de carga laboral que realmente las haga colapsar», apostilló Medina.

Fuente: EFE

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