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Una mujer ‘resucita’ tras permanecer más de seis horas en parada cardíaca

¿Cuánto tiempo puede estar una persona en parada cardiaca antes de ser reanimada con éxito? No existe una respuesta clara, pero lo que se ha hecho evidente es que puede aguantar más de seis horas. Es lo que le ha ocurrido a Audrey Mash, una montañera británica que, el pasado 3 de noviembre, fue rescatada con hipotermia severa en un valle pirenaico gerundense, donde tras quedar inconsciente entró en paro cardiaco.

Tras el rescate de los Bomberos de la Generalitat, la actuación del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y su traslado al Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, la atención urgente especializada hizo posible que su corazón volviera a latir de forma autónoma más de seis horas después.

Se trata del caso de paro cardiaco reanimado más prolongado que se ha registrado en España y uno de los más prolongados conocidos en el mundo. Una resucitación milagrosa en la que se han conjugado diversos factores favorables. Primero, la actuación rápida y coordinada de todos los profesionales implicados -bomberos, SEM, clínicos- ante un caso que desde el principio se intuyó de extrema gravedad.

Un segundo factor fue la situación de hipotermia severa de la paciente, «una condición que estuvo a punto de causarle la muerte, pero a la vez también la salvó, porque su organismo, sobre todo su cerebro, no se deterioró», ha explicado en la presentación del caso Eduard Argudo, el médico del servicio de Medicina Intensiva que la atendió desde su llegada al centro.

La hipotermia se considera severa por debajo de los 30ºC, pero Audrey estaba a 18ºC cuando fue atendida por el SEM. «Esto significa el grado extremo de hipotermia: estaba inconsciente, no respiraba y no tenía pulso, lo que conocemos como muerte aparente», ha señalado Chus Cabañas, jefe territorial del SEM en la Cataluña Central. Sin embargo, la propia hipotermia ejerció un efecto protector, puesto que disminuye el metabolismo general y aumenta diez veces el tiempo hasta llegar a la hipoxia, la falta de oxígeno en la sangre y los tejidos del organismo. «De hecho, mientras que en un paro cardiaco normal el tiempo es de unos 40 minutos, en este caso, a 18º, hablamos de unos 400 minutos, un tiempo muy valioso para su atención».

El tercer hecho diferencial en este caso ha sido el traslado a un hospital que dispone de un equipo para implantar un ECMO, una técnica de soporte vital para pacientes críticos que permite sustituir temporalmente la función del corazón y/o del pulmón. Con este aparato consiguieron oxigenar la sangre y perfundir los tejidos, pero también recalentar poco a poco todo el organismo de la paciente.

«Debemos hacerlo así porque, evidentemente, no podemos pasar de 18 grados a normotermia, a la temperatura normal de 37 grados, de forma rápida, y además así pudimos estabilizar todas sus funciones vitales», ha explicado Argudo. Con la paciente todavía en paro cardiaco, cuando su temperatura alcanzó los 30 grados los médicos de la UCI decidieron aplicarle una descarga eléctrica para intentar «resucitar» su corazón. Y funcionó: comenzó a latir de forma autónoma.

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