La decisión de hacer público todo o parte del conocido como Informe Mueller depende del fiscal general, William Barr
El fiscal especial Robert S. Mueller entregó este viernes al Departamento de Justicia su esperado informe sobre la trama rusa, poniendo punto y final a una investigación de casi dos años sobre algo tan explosivo como la posible conspiración entre Donald Trump y el Kremlin durante las elecciones presidenciales de 2016. La confirmación de que el documento ya estaba en poder de la Administración llegó sobre las cinco de la tarde sin más detalles, si bien el contenido de las conclusiones podría llegar al Congreso a lo largo del fin de semana.
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Las pesquisas trataban de esclarecer, por un lado, si Trump o su círculo había colaborado con Moscú en la injerencia electoral rusa con el objetivo de favorecer la victoria del republicano sobre Hillary Clinton; y por otro, si el mandatario había incurrido en un posible delito de obstrucción a la justicia mintiendo o torpedeando la investigación. Fruto de la investigación, salieron a la luz otras presuntas irregularidades, como el delito de financiación ilegal de campaña por el pago a dos mujeres para silenciar supuestos romances.
No se sabe nada del informe, ni si tiene 800 páginas o 20. Sí ve delito o no, si ve irregularidades o no. La carta del fiscal Barr informando al Congreso evita cualquier detalle, pero avanza que podría conocerse mucho más en breve.. «El fiscal especial me ha presentado hoy un ‘informe confidencial explicando las decisiones de acusación o desclinación’ que ha alcanzado, como establece la [la normativa] 28 C.F.R. 600.8. Recibo este informe y anticipo que puedo estar en posición de informarles de las principales conslusiones del fiscal especial tan pronto como este fin de semana», señala.
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El final de la investigación se conoció en una jornada extraña en Washington. Trump decidió comenzar su fin de semana en Florida bien temprano. A eso de las 9.18 de la mañana ya estaba dejando los jardines de la Casa Blanca para tomar el helicóptero y luego el Air Force One camino de su mansión de Mar-a-Lago. Cuando los periodistas le preguntaron por el informe Mueller, respondió con desinterés. Luego, ya aterrizado en su casa vacacional, provocó un titular llamativo al cancelar las sanciones que el Tesoro acaba de imponer a Corea del Norte. Mientras, su abogado Rudy Giuliani, concendía entrevistas en el Hotel Trump y, entre ellas, decía a The Washington Post que esperar el informe «Era como la llegada de un bebé».
Hasta ahora, las investigaciones han dado lugar a más de una treintena de acusaciones por diversos delitos -entre ellos, cinco individuos del círculo del presidente- y ya varias condenas, aunque ninguno que apunte directamente al corazón de este proceso, que es la colusión con Rusia. Ese es el aspecto al que se ha agarrado Trump todo este tiempo para desprestigiar el caso. El republicano, que ha calificado la investigación de «caza de brujas» sin cesar desde que comenzó, no ha dejado de insistir en que ninguna de las acusaciones revelaba colusión alguna con Rusia.
Sin embargo, si el fiscal Mueller ha hallado otro tipo de delitos en el presidente, también puede traerle problemas. De su gravedad dependería que los demócratas traten de iniciar un impechament o destitución del mandatario, única manera de procesarle, ya que los criterios del Departamento de Justicia establecer que los presidentes no pueden ser juzgado durante su mandato.
Todo esto se podrá saber, presumiblemente, en los próximos días. Durante casi dos años, las pesquisas se han desarrollado bajo total secreto y sin apenas filtraciones. Mueller, de 74 años, es un exdirector del FBI, además de veterano jurista respectado en Washington tanto por republicanos como por demócratas. A la presión de estos 23 meses ha respondido con un silencio sepulcral.
Fuente: El PAIS
