El Gobernador Ricardo Roselló declaró en quiebra a Puerto Rico para distribuir la carga del ajuste fiscal
Puerto Rico está en quiebra. Una deuda pública en forma de bonos municipales por 74 mil millones de dólares es una carga excesivamente pesada para los 3.4 millones de habitantes de la Isla del Encanto.
El problema económico comenzó en 1996 con la modificación de la legislación fiscal que promovía la inversión en Puerto Rico. La crisis financiera de 2007 y la Gran Recesión acentuaron el retroceso económico de un territorio que ha sido receptor y empleador de decenas de miles de dominicanos. Para amortiguar el deterioro de los ingresos tributarios, administraciones sucesivas registraron significativos déficits fiscales que elevaron exponencialmente la deuda pública.
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El Gobernador Ricardo Roselló declaró en quiebra a Puerto Rico para distribuir la carga del ajuste fiscal. Una parte será pagada por el pueblo en forma de menores gastos sociales. La otra será pagada por los tenedores de los bonos emitidos por el Estado Libre Asociado, los cuales deberán pasar por un traumático proceso de negociaciones que les producirá una pérdida de un importante porcentaje de sus inversiones.
El resultado del ajuste fiscal será el deterioro de las condiciones de vida de la población y una ruptura, por lo menos transitoria, del financiamiento internacional. Se prevé que fondos mutuos y de inversión estadounidenses, así como las aseguradoras de bonos, serán los grandes perdedores institucionales. No obstante, al final de la cuerda se encuentran los ahorristas quienes perderán parte de los recursos que usarían para pagar sus pensiones en el futuro. Un desenlace muy penoso.
Por: Jaime Aristy Escuder
