El país que más ha hecho por el éxito del Clásico Mundial se ha quedado por debajo de las expectativas
Después de una victoria arañada sobre Colombia y la debacle sufrida ante República Dominicana, los Estados Unidos cayeron con todas sus fuerzas encima de la débil selección de Canadá.
Con una ofensiva tórrida y un pitcheo sin fisuras, la escuadra nacional venció el domingo en la noche a su vecina del norte 8-0 para asegurar su pase a la siguiente ronda del Clásico Mundial de Béisbol delante de 22,303 aficionados que vinieron a darle la despedida de Miami.
«Ayer [sábado] fue un día difícil para nosotros, pero supimos reagruparnos y eso se vio bien esta noche [domingo] con nuestros bates», comentó el antesalista Nolan Arenado. «Hemos creado una buena química y eso nos va a ayudar en el resto del torneo».
Sin duda, el camino de los locales no fue un paseo sobre alfombra roja en la llave recién finalizada en el parque de los Marlins y menos lo será en el nuevo grupo que comenzará a combatir entre sí a partir del próximo martes en San Diego.
Al menos los dirigidos por Jim Leyland demostraron que poseen ofensiva suficiente para hacer un papel mejor contra rivales de la talla de Puerto Rico, posiblemente Venezuela y nuevamente la infaltable República Dominicana.
«Queremos enfrentar de nuevo a Dominicana, como al resto de los equipos en la pelea», agregó Arenado. «Vamos a competir hasta el final».
De manera irónica, el país que más ha hecho por el éxito del Clásico Mundial y el creador del béisbol, se ha quedado por debajo de las expectativas en las ediciones previas y espera cambiar la percepción y los resultados.
Los estadounidenses comenzaron el ataque bien temprano al poner a la peregrina idea de un regreso por parte del retirado Ryan Dempster al anotarle tres carreras, dos de ellas con un doble de Eric Hosmer.
El ataque continuaría de manera incesante en el segundo capítulo cuando Arenado, a quien no le había ido muy bien en los encuentros iniciales, sacó una bola del parque con dos a bordo para incrementar a seis la ventaja de los anfitriones.
Buster Posey -quien luego pegó jonrón en la séptima- llevó la ventaja a siete con un imparables para darle al abridor a Danny Duffy una ventaja más que suficiente en sus cuatro magníficas cuatro entradas de faena con dos hits permitidos.
Ciertamente, el ataque de Estados Unidos aminoró la marcha, pero el resto de los lanzadores siguieron la faena de Duffy al establecer una marca de ponches (15) para un juego de Clásico Mundial.
Canadá no tuvo chance alguno de reaccionar en su despedida sin gloria.
Queda por ver, entonces, si la gloria acompaña a los «padres» del béisbol en San Diego o se trata de apenas un alto antes del adiós.
Por: Jorge Ebro, El Nuevo Herald
