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Amnistía Internacional pidió la liberación del investigador iraní que podría ser condenado a muerte en Therán

Son días decisivos para la suerte de Ahmadreza Djalali, el investigador iraní acusado de espionaje en Therán.

Tras la movilización de sus compañeros y familiares y la atención de la prensa internacional -entre ella Infobae– la ONG Amnistía Internacional intervino oficialmente en el caso del científico que podría ser condenado a muerte en Irán en menos de dos semanas.

Este martes la ONG lanzó una «acción urgente» en la que denuncia la detención ilegal de Djalali y pide su liberación. Y, junto con ella, llegó una noticia que puede contribuir a aumentar las esperanzas sobre un desenlace positivo de la situación: la investigación que la ONG condujo en los últimos días en Irán estableció que el médico, al contrario de lo que se había informado anteriormente, aún no fue condenado a muerte.

En el documento, publicado en inglés y español, la ONG denunció que, según dijo el abogado de Djalali, las autoridades lo sometieron a «intensos interrogatorios y lo obligaron mediante enorme presión emocional y psicológica» para que firmara una declaración «confesando» ser espía de un gobierno «hostil». Al negarse, le dijeron que iban a acusarlo formalmente de «enemistad con Dios» (moharebeh), un delito penado en Irán con la muerte.

En la «acción urgente» de Amnistía Internacional se revelan nuevos detalles de la situación de Ahmadreza Djalali: el científico contó que cuando estuvo recluido en régimen de aislamiento sus interrogadores lo insultaron y lo amenazaron, diciéndole que iban a enviarlo a la prisión de Raja’i Shahr de Karaj -cuyas condiciones inhumanas ya fueron documentadas anteriormente por la ONG- para que lo encerraran con condenados a muerte en condiciones pésimas.

Por eso, el 26 de diciembre de 2016 Djalali se declaró en huelga de hambre como protesta. Desde entonces perdió 20 kilos y su salud se deterioró gravemente; Djalali perdió el conocimiento dos veces y sufre bajas de presión y dolor en torno a los riñones, señala Amnistía internacional.

La ONG pide a las personas, como una forma de participar en lo que ellos consideran una injusticia, escribir en «persa, inglés, árabe, francés, español o en su propio idioma» a las autoridades iraníes y exigirles la liberación de Ahmadreza Djalali, ya que no está acusado de ningún delito común reconocible, como disponen el derecho y las normas internacionales, y que se le brinde atención medica y sea garantizado su derecho a la defensa.

En tanto, una petición lanzada por sus colegas, ya superó las 190 mil firmas y aumenta la presión internacional sobre el régimen persa.

Este miércoles el presidente del gobierno de la Región Flamenca Geert Bourgeois habló con el embajador iraní en Bélgica (Djalali, además de vivir en Suecia y trabajar en Italia, enseñaba también en la Libre Universidad de Bruselas) y dijo que éste le confirmó que la investigación está todavía en proceso y aún no fue condenado. «Esto es importante», dijo Bourgeois, según reporta el diario belga De Morgen. «Según él, Djalali va a tener un abogado y un juicio independiente».

El político flamenco también le comunicó al embajador que la pena de muerte es contraria a los principios de Bélgica y prometió transmitir esas preocupaciones a Therán.

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