Siempre la medicina preventiva es más barata y menos dolorosa que la curativa, así como dicen es mejor poner candado antes de que te roben. Esto es lo que ha estado ocurriendo en el país con el virus del zika y el dengue, donde las autoridades se han preocupado tanto por enfrentar la primera que han bajado considerablemente los casos de la segunda, claro está, se combate al mismo mosquito y con las mismas técnicas.
Los datos del boletín epidemiológico hasta la semana 34 indican que se han producido 5,879 casos probables de dengue con 30 muertes asociadas a la enfermedad, aunque en el 2015 en este periodo había menos casos con 5,003, pero el número de fallecidos era de 40, eso según los datos oficiales, pero recortes periodísticos del año pasado hablan de 53 defunciones.
Las jornadas preventivas de recogida de basura, eliminación de criaderos de mosquitos, fumigación, entrega de cloro y otras medidas han sido efectivas. También la campaña política fue beneficiosa para enfrentar el zika, el dengue y hasta el chikungunya, ya que cada candidato a alcalde y a regidor para caer en gracia con los votantes se inventaba una movilización para acabar los vectores.
El temor es que ante la baja incidencia de estas enfermedades disminuya el interés de las autoridades en la gran prevención que obligó la llegada del zika al país. Este peligroso virus produce el Síndrome de Guillain Barré, además del daño que provoca en las embarazadas y la microcefalia en los recién nacidos.
Si las políticas preventivas son tan efectivas como está demostrado en este campo de la medicina, porque no aplicarlas en otras áreas para apaliar los males sociales, pero como ese no es el tema…
Nadie debería morir por estas enfermedades, pero parecería mentira que la entrada de ese terrible virus a la República Dominicana, como lo es el zika, se haya convertido en el arma que le ha cortado las alas al dengue.
