El arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, criticó a tres ministras por mostrarse favorables a la distribución gratuita por parte del Estado peruano de la «píldora del día después», que dispuso un reciente mandato judicial.
Según Cipriani, figura del Opus Dei en América Latina, el nuevo presidente Pedro Pablo Kuczynski «no tuvo en su agenda nunca estos temas y (…) le han salido tres ministras empujándolo a una agenda que Perú no quiere«.
Las ministras de Salud, Patricia García; de La Mujer, Ana María Romero, y de Justicia, Marisol Pérez Tello, defienden la distribución de la anticoncepción oral de emergencia, conocida como «píldora del día después», luego que un juez ordenara su suministro gratuito por parte del Estado.
Kuczynski defendió el sábado a sus ministras. «Yo quiero ministras fuertes. Son mujeres fuertes, el Perú necesita mujeres fuertes», dijo en la ciudad de Tacna (sur).
Pese a que el medicamento es de libre venta en farmacias, en 2009 el Tribunal Constitucional (TC) impidió al Estado el libre reparto de la pastilla en las dependencias de salud, ante una «duda razonable» sobre sus presuntos efectos abortivos.
No obstante, dejó abierta la puerta a su distribución si en el futuro había consenso sobre su inocuidad.
La ONG Promsex y una ciudadana presentaron un recurso ante un tribunal con nuevos antecedentes considerando como una «vulneración del derecho de igualdad» que sólo personas con recursos pudieran acceder a la píldora.
Recordaron que Perú tiene «una de las tasas de violencia sexual contra las mujeres más altas en Sudamérica y el uso de la píldora puede evitar embarazos no deseados» producto de una violación.
La decisión del juez se ampara, entre otros argumentos, en que la Organización Mundial de la Salud considera que la píldora «previene el embarazo» y «no es eficaz una vez que ha comenzado el proceso de implantación y no puede provocar aborto».
Para Cipriani, «el Estado no puede dar (la píldora) ni gratuita ni cobrando» porque «es abortiva» y «un juez no puede señalarle al Estado cuál es su política de población». El arzobispo limeño cree que todo es parte de una campaña promovida «por minorías que defienden a los gays y lesbianas» y laboratorios.
Kuczynski respondió que se trata de un tema ubicado en la órbita judicial y aseguró que no es su intención discutir con la iglesia Católica.
