El próximo pacto fiscal debe promover la equidad y la eficiencia en la República Dominicana.
La equidad implica el establecimiento de una estructura de impuestos y gastos que, en términos netos, sea progresiva. Esto significa que los impuestos sean lo menos regresivos posible; es decir, que impacten lo menos posible a los más pobres. Y que los gastos sean lo más progresivo posible; es decir, que terminen principalmente en los bolsillos de los segmentos de población con menores ingresos.
Los impuestos directos -como el impuesto sobre la renta- y los selectivos -como el que grava los combustibles- recaen principalmente sobre los más ricos. De esto se desprende que sean impuestos que elevan la progresividad del sistema fiscal.
Las transferencias en especie -como la inversión en salud y educación públicas- son altamente progresivas, pues son recibidas principalmente por los segmentos de población colocados en la parte baja de la distribución de la renta. Las transferencias condicionadas -comer es primero, asistencia escolar, bono luz- también son progresivas y tienden elevar la equidad de la sociedad.
Por otra parte, el pacto fiscal debe promover la eficiencia. Para alcanzar ese objetivo los impuestos deben ser lo menos distorsionante posible de las decisiones de trabajo, ahorro e inversión. Además, los subsidios deben ser focalizados para evitar una asignación por debajo del óptimo de recursos escasos.
La sociedad tiene una gran oportunidad de que el pacto fiscal sea un instrumento de desarrollo. Espero que sea aprovechado al máximo.
