La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, amenazada de destitución, prometió este martes unos Juegos Olímpicos exitosos pese a que el país atraviesa un periodo «verdaderamente crítico de la historia».
La mandataria recibió la llama olímpica en el Palacio presidencial de Planalto y afirmó que «están listos» para organizar «las mejores olimpiadas del mundo» en Río de Janeiro, pese a su crisis política.
«Conocemos la inestabilidad política, incluso conviviendo con un periodo difícil de la historia de la democracia», expresó.
No obstante, agregó que el país sabrá convivir con la mejor recepción de todos los atletas y visitantes extranjeros, «creamos las condiciones para eso», dijo Rousseff.
«Brasil será capaz de ser el mejor anfitrión que los Juegos Olímpicos ya conocieron», declaró la jefa de Estado, quien está bajo la amenaza de afrontar un juicio parlamentario con miras a su destitución.
Además, hizo una detallada explicación de la preparación de Río de Janeiro para la mayor justa deportiva del planeta, que comenzará el próximo 5 de agosto, y reiteró que la nación «ha trabajado mucho» y lo seguirá haciendo hasta el propio día de la inauguración.
