Una enfermera italiana fue detenida este jueves como sospechosa de haber matado con premeditación a 13 pacientes en un hospital de La Toscana entre el año 2014 y 2015.
La mujer, de 55 años, fue detenida hoy acusada de haber inyectado a sus víctimas una elevada dosis de heparina, que ralentiza la coagulación de la sangre.
En algunas ocasiones se detectaron diez veces las cantidades del medicamento que suele prescribirse, informó la unidad especial competente de la policía (NAS). En esas cantidades, la heparina puede causar hemorragias internas graves.
Los pacientes presuntamente asesinados, de edades comprendidas entre 61 y 88 años, se encontraban en la unidad de cuidados intensivos de una clínica de Piombino, cerca de la ciudad de Livorno, y estaban siendo tratados por diferentes afecciones.
Según las informaciones, ninguno de ellos corría riesgo de muerte, y la mayoría no tenía recetada la heparina como parte de su tratamiento. Entre las víctimas hay tanto hombres como mujeres.
La enfermera, originaria de Liguria, vivía en la Toscana desde 1980. Trabajó durante 20 años en una unidad de cuidados intensivos antes de ser trasladada a otra sección. Sufría depresión y se encontraba en tratamiento por un especialista. Fue trasladada a una prisión en Pisa acusada de asesinato premeditado.
El gobernador de la región, Enrico Rossi, insistió en no hacer responsable del hecho al sistema de salud nacional, y aseguró que, de confirmarse, se trataría de un espantoso episodio aislado.
La ministra de Sanidad, Beatrice Lorenzin, reconoció la dimensión del suceso y consideró que las personas que hacen algo así violan totalmente la ética médica, focalizada en el bienestar de los pacientes.
