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Revelan irregularidades en adopciones de niños en Haití  

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PUERTO PRINCIPE, Haití (AP) — El caso de la irregular adopción de una maestra de inglés de origen haitiano y que vive en el sur de la Florida ha revelado anomalías en otros procesos llevados a cabo en el empobrecido país durante la década del 1980.

Mariette Williams, nombre que recibió tras ser adoptada, descubrió gracias a una página en la red social Facbook relacionada a su pueblo natal en Haití que su madre estaba viva y que la misma ignoraba totalmente su paradero o que hubiera sido adoptada, ya que dicho proceso se llevó a cabo sin su consentimiento.

Gracias a esta red social pudo localizar a una hermana de 45 años, quien le informó que Rose-Marie Platel, cuyo nombre aparecía en los papeles de adopción, era su madrina y que ésta la había llevado a la capital, Puerto Príncipe, para que fuera atendida tras caer enferma. Sin embargo, un día, cuando su familia fue a visitarla, Rose-Marie y Mariette ya no estaban. También le informó que su familia la había estado buscando por 30 años.

Miles de haitianos como Mariette han terminado viviendo con familias de Europa, Canadá y Estados Unidos.

Las adopciones en Haití están mucho más reguladas ahora que cuando Mariette fue adoptada en octubre de 1986. La mayoría de los niños de los orfanatos haitianos tenían al menos un padre vivo y muchos no entendían que estaban cediendo los derechos sobre sus hijos.

«Incluso cuando aceptaban darlos en adopción, no aceptaban una adopción total», dijo Mia Dambach, especialista en los derechos de la niñez del Servicio Social Internacional de Ginebra. «Con frecuencia pensaban que los chicos se irían a Estados Unidos pero volverían y que siempre seguirían siendo parte de la familia».

Los padres adoptivos de Mariette fueron Sandra y Albert Knopf, quienes vivían cerca de Vancouver. Eran cuarentones con tres hijos grandes. Sandra dijo que sintió un llamado de Dios que le pedía que adoptase.

«Pensé que lo hacía por el Señor», señaló.

Un individuo llamado Henry Wiebe le dijo a los Knopf que podían adoptar a un niño en Haití por 3,500 dólares, y a dos por 6,000.

Wiebe llevó a Sandra a Haití y apenas llegaron fueron al orfanato manejado por Platel. Encontraron niñas con parásitos, ojos irritados y aparentemente malnutridas. Sandra se dio cuenta de que Mariette era mayor que los 17 meses que decían los papeles de adopción. Tiempo después descubriría que tenía tres años y medio.

Sandra jamás conoció al abogado haitiano que hizo los trámites ni fue a la audiencia en que un juez aprobó la adopción. Platel se encargó de todo, mientras Sandra conseguía la visa. Todo tomó un mes.

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