VARSOVIA, Polonia (AP) — Polonia tomó un curso decisivo a la derecha en las elecciones parlamentarias del domingo, expulsando al partido de centro que había gobernado durante ocho años a favor de una facción socialmente conservadora y euroescéptica que quiere mantener fuera a los inmigrantes e invertir más en los pobres del país.
Una encuesta a pie de urna reveló que el conservador partido Ley y Justicia obtuvo 39% de las votaciones, lo suficiente para un gobierno sin necesidad de coaliciones.
El partido pro europeo Plataforma Cívica recibió 23% de las preferencias, de acuerdo con el sondeo. La primera ministra polaca Ewa Kopacz, de Plataforma Cívica, concedió la derrota poco después de que se revelaran los resultados de las encuestas a pie de urna.
Se espera que el lunes se den a conocer los resultados oficiales de los comicios.
De confirmarse los resultados de las encuestas de salida, Ley y Justicia tendrá 242 de los 460 escaños en la cámara baja del parlamento y la legisladora Beata Szydlo, de 58 años, se convertirá en la próxima primera ministra del país.
Plataforma Cívica había estado al frente del país a lo largo periodo de crecimiento económico y estabilidad política, incluso durante una crisis financiera global entre 2008 y 2009, y un accidente aéreo en 2010 en el que murió el presidente de Polonia y decenas de altos funcionarios de Estado. Es el único partido que ha tenido dos términos consecutivos desde que se instauró la democracia en 1989.
Pero el voto presidencial de mayo marcó problemas para Plataforma Cívica, luego de que el candidato de Ley y Justicia, Andrezj Duda se impuso a Bronislaw Komorowski.
Un triunfo de Ley y Justicia le da al partido la oportunidad de implementar un sello político inclinado marcadamente a favor de la OTAN, pero de alguna manera también euroescéptico. El partido se opone a adoptar el euro como moneda y una filosofía antiinmigrante, posturas que podrían tener un mayor impacto dentro de la Unión Europea, a la que pertenece Polonia.
De acuerdo con el sondeo, por primera vez en la historia postcomunista de Polonia ninguna fuerza de izquierda parece contar con los votos suficientes para tener presencia en el Parlamento.
